- Está convencido de que es el preferido para gobernar y hacerlo en minoría ya no le quema.
- Ciudadanos se desinfla (no se entiende su política) y Podemos es una alternativa de protesta, no de gobierno.
- Rajoy cuenta con el PNV para los Presupuestos pero todo tiene arreglo si Susana Díaz gana las primarias.
Rajoy está crecidísimo. No tiene los apoyos suficientes, de momento, para sacar adelante los
Presupuestos, pero se agarra a un posible arreglo, y aun sin ese posible arreglo, la
legislatura no se detiene. En otras palabras, ya no piensa en la convocatoria de nuevas
elecciones, algo que ha barajado estos meses, sino en seguir adelante.
Es más, Rajoy está convencido de que ningún político tiene en esos momentos más apoyos que él para gobernar, no sólo dentro de su partido sino también fuera. Del gobierno en minoría al único gobierno posible. Ese es el pálpito y la minoría ya no le quema. Incluso mira de reojo, prestando la atención justa -o sea, nada- a la comisión de investigación abierta en el Congreso al PP.
¿Razones? Varias, según fuentes consultadas. En primer lugar, porque
Ciudadanos no es una
alternativa creíble. A juicio de los populares, la formación de
Rivera se ha ido desinflando y el personal no entiende, por no entender, ni su
"política de fogueo".
Tampoco
Podemos es una amenaza como en los tiempos de
Pedro Sánchez. La posibilidad de una alianza
frentepopulista, con la que sí hubiera llegado al poder, se desvanece en la medida en que en el
PSOE se van consolidando los nuevos aires que ha imprimido la gestora que dirige
Javier Fernández. A los socialistas les llegará el momento pero ese momento no ha llegado todavía.
Y ese momento, de llegar, llegará con
Susana Díaz. En el PP están convencidos de la victoria de la candidata andaluza para hacerse con la secretaria general del partido. Y ese presentimiento sostiene a la vez a Rajoy. Otra cosa es el discurso de Díaz, ajustado al guión interno del partido, contrario a los apoyos al PP.
Es cierto que la negociación con el
PNV para los Presupuestos está muy avanzada y la abstención del PP en las cuentas vascas, con la que han salido adelante, da margen para un acuerdo. Pero de los nacionalistas vascos espera lo justo, sobre todo después de las proclamas durante el
Aberri Eguna, y si el apoyo no se concreta espera a otras soluciones, como la que puede venir con Díaz en la Secretaria General del PSOE.
Y en el frente catalán ocurre otro tanto. La deriva del
referéndum se está diluyendo por sí mismo, más en una disputa entre
ERC y la antigua
CiU para ver quién de los dos se hace con la presidencia de la Generalitat después de unas
elecciones cada vez más inevitables.
Las últimas encuestas dan fuerza a esa hipótesis, la de
El País, centrada en Cataluña, y la de
La Razón, con lectura nacional. El primer sondeo muestra que el 46% de los catalanes respaldan que la región siga formando parte de España, con más autonomía, y el 19% que rechaza la independencia.
En el segundo sondeo el PP es el único partido, junto a ERC, que mejora su representación parlamentaria. Los populares ganarían entre 16 y 21 escaños (37% de los votos), seguidos del PSOE (20,8%), Podemos (20,2%) y Ciudadanos (11,3%). Y ERC, entre uno y dos.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com