A un partido lo comparan, con un banquillo, más no es del fútbol el partido comparado, se trata de políticos, de un partido desnortado, que denigran a quien ha saltado de su banquillo
El artículo del ex ministro Jorge Fernández, en La Razón del jueves 18 de marzo debería ser leído por cargos y militantes del PP, porque pone el dedo en llaga. Ante el fenómeno Ayuso, que por plantar cara a la izquierda se ha disparado en las encuestas, Pablo Casado se verá forzado a elegir entre las dos opciones que tiene delante y ya no puede posponer la decisión que lleva postergando desde que llegó a la Presidencia del PP.
Ahora mismo, lo único que tenemos es al secretario General del PP, Teodoro García Egea, una aparatik que jamás ha ganado elecciones y que ha hecho su carrera en las covachas del partido.
Pues bien, Egea exige a Isabel Díaz Ayuso que Vox no entre en el Gobierno de Madrid. Algo que no agrada a Santiago Abascal y que según fuentes del propio gobierno madrileño, tampoco agrada a Díaz Ayuso.
El dilema socialismo o libertad se queda corto, porque la libertad no es una ideología. Para resistir al frente popular se necesita moral cristiana y propiedad privada
Para entendernos, el fenómeno Ayuso se basa en una derecha no de origen cristiano, pero sí una derecha sin complejos. Si han crecido más los 'ayusistas' que los 'peperos' es porque al votante de derechas empieza a gustarle la gente que habla claro, sin los complejos de Génova.
Y todo ello conduce a la misma conclusión: Pablo Casado debería elegir entre el cristianismo originario del Partido Popular, que no del PP actual y el progresismo, no radical pero sí políticamente correcto, del que el PP no sale desde el año 2000. Y también deberá elegri el presidente del PP no entre socialismo y democracia, sino entre socialdemocracia o propiedad privada.
Y todo esto cobra especial relevancia en un momento en el que en los dos principales varones peperos, representantes ambos de la derecha pagana, es decir, Alberto Núñez Feijóo y el andaluz Juan José Moreno Bonilla, empieza a florecer el espíritu homicida y ligeramente cainita que ha fagocitado el ya de por sí escaso respeto que sentían por Pablo Casado.
Casado intenta resistir a los Moreno y Feijóo con lo políticamente correcto. Y eso no es posible. Juegas fuera de casa
En definitiva, si permanece en la derecha pagana Pablo Casado nunca llegará a la Moncloa y lo más probable es que pierda la presidencia del PP. La otra opción es que siga el camino que voluntaria o involuntariamente le está marcando Díaz Ayuso.
Porque lo que está perdiendo la derecha española no sólo es la batalla política, sino algo mucho más serio: la batalla cultural.