- Ence no logra remontar: perdió 140,9 millones y deja atrás el beneficio de 9 millones de 2013.
- La papelera sigue confiando en la biomasa y culpa del desastre a la reforma energética.
- El grupo, que decidió cerrar la planta de Huelva, está en pleno proceso de reestructuración.
- La situación de Iberpapel es distinta y, pasito a pasito, ha conseguido remontar y mejora su beneficio un 25,27%.
- Compensa el 'castigo' de la reforma eléctrica con el ajuste en los costes y el aumento de producción de celulosa y papel.
El impacto de la reforma eléctrica, que ha lastrado las cuentas de las compañías papeleras durante 2014, no tiene, sin embargo, el mismo impacto para todas en el balance anual. Este viernes han presentado resultados dos de ellas, Ence e Iberpapel. En el primer semestre se parecían como dos gotas de agua por la 'dura prueba' de la reforma energética, pero el resultado final es muy distinto. Mientras Ence aumentó sus pérdidas hasta 140,9 millones, frente al beneficio de 9 millones en 2013, Iberpapel ganó 9,1 millones, el 25,27% más que hace un año.
Está claro, en cualquier caso, que la salida de la crisis de las empresas dedicadas al papel y a la celulosa -el sector ha pagado un duro peaje por ello- está siendo desigual. Pero no hay que olvidar que la crisis se ha cebado especialmente con España, donde han cerrado en los últimos dos años más de 24 plantas de producción. Según los datos de la patronal Aspapel, en nuestro país se concentra el 12,7% de los cierres de empresas.
Ence, presidida por Juan Luis Arregui (en la imagen), culpa a la reforma eléctrica, que ha tenido un impacto negativo en sus cuentas, dice, de 172 millones de euros, pero también del cierre de la planta de Huelva, que le ha obligado a provisionar otros 109 millones. El proceso de reestructuración del grupo se ha trasladado también a la deuda financiera neta, que ha aumentado un 78%, hasta 178 millones.
El beneficio bruto de explotación ajustado desciende un 62%, hasta 60,5 millones por la menor producción y las ventas decrecientes de celulosa (-18%) y electricidad (-26%). No obstante, la empresa se acoge al ahorro que implicará el cierre de Huelva, su apuesta por la biomasa y el favorable comportamiento del precio de la celulosa. Con todo ello, espera alcanzar en 2015 el nivel de Ebitda que tenía antes de la reforma energética.
El caso de Iberpapel, que preside Iñigo Echevarría, es distinto y ha conseguido mejorar sus resultados, pasito a pasito, hasta remontar. Ya anunció en el último trimestre que los ajustes emprendidos darían, a pesar de que la evolución del mercado no acompañaba. La empresa destaca ahora que ha logrado compensar el efecto negativo de la reforma eléctrica gracias a una mejora en la estructura de costes y un significativo aumento tanto de la producción de celulosa (12%) como de papel (8%). Ha mejorado así su Ebitda un 19,97%, hasta 26,2 millones de euros. Ha recudido la negocio un 4,59%, hasta 200,1 millones, pero culpa de ellos a la menor facturación por energía eléctrica, un 29,02%.
Rafael Esparza