Sobre el papel, la SEPI depende del ministerio de Hacienda y del de Industria, pero ni María Jesús Montero ni Reyes Maroto han tenido nada que ver con la destitución de Fernando Abril-Martorell como presidente de INDRA ni con el nombramiento de Marc Murtra como su sucesor en el cargo. Por cierto, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este martes, Marisú ha respondido a Hispanidad que el cese de Abril-Martorell se debe a la finalización de su mandato como consejero, algo que suena a mucho pitorreo: si finaliza, se le renueva, como sucede en todas las empresas del mundo mundial. Por supuesto, nada ha dicho acerca de la caída de la cotización de la compañía, ni de las dificultades del Consejo de Administración para aprobar el nombramiento de Murtra.

La SEPI está en manos de Salvador Illa y del PSC que, conviene recordar, ganó las últimas elecciones en Cataluña y, como le sucedió a Zapatero, los votos que obtenga el PSC en las próximas elecciones generales serán vitales para Pedro Sánchez. Hay que mimar a los socialistas catalanes e Illa, como buen catalán, le ha exigido a Sánchez el control del holding empresarial del Estado.

En la operación Illa no está Miquel Iceta, secretario del PSC desde 2014, muy ocupado -está más feliz que una perdiz- en el Ministerio de Política Territorial y Función Pública. No está Iceta pero sí otro hombre clave del PSC y menos mediático: Raúl Blanco Díaz, secretario general de Industria y de la Pequeña y Mediana Empresa.

El currículum de Blanco es muy esclarecedor: entre 2005 y 2010 fue jefe del Servicio de Estudios y Publicaciones de la Generalitat de Catalunya, fue profesor de Economía Aplicada en la Universidad de Barcelona y en la Rovira i Virgili, gerente de Estrategia Industrial de la Generalitat -todo esto entre 2011 y 2017-, para pasar más tarde al Ayuntamiento de l’Hospitalet de Llobregat como director de Desarrollo Económico y Empleo, de donde dio el salto al Ministerio de Industria, en 2018.

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La SEPI está en manos del PSC e INDRA, en manos de la SEPI, aunque su participación es del 18,7%. De ahí las dificultades para hacer efectivo el nombramiento de Murtra. Y no sólo por su carácter político, sino por su nula experiencia de gestión empresarial. Murtra es el tecno-ideológico de los socialistas catalanes, pero poco más. No es de extrañar que la cotización de INDRA haya caído más de un 12% desde la tarde del viernes, tras el anuncio del cese de Abril-Martorell.

Pero tranquilos, porque, ahora sí, INDRA se hará con ITP, aunque a precio de ruina. Precisamente, el elevado precio que pide Rolls Royce (unos 1.500 millones de euros) fue el motivo principal por el que Abril-Martorell no quiso comprar la compañía con sede en Zamudio. Ahora ITP no vale ni 900 millones, pero la nueva INDRA estaría dispuesta a pagar lo que fuera con tal de mantener la españolidad de la empresa.

Sánchez le ha regalado la SEPI al PSC, y no solo. Otro hombre muy ligado a Illa es Maurici Lucena, presidente de AENA, y prueba de ello fue el anuncio de su incorporación al Gobierno de Illa si ganaba las elecciones catalanas. El 'efecto Illa' era esto.