Meinrad Spenger, CEO de MásMóvil y Serge Le Bolès, CEO de Cetelem se unen para dar préstamos al consumo. ¡Ay madre!
MásMóvil ha anunciado este miércoles el lanzamiento de MoneyGo, el servicio de préstamos al consumo para clientes de Yoigo y que ha puesto en marcha junto a Cetelem, financiera del grupo francés BNP Paribas. La alianza promete: el trato a los clientes de ambas compañías es como las fincas de Extremadura: manifiestamente mejorable.
En resumen, MoneyGo ofrecerá préstamos con un TAE del 5,06% y desde 3.000 hasta 60.000 euros con plazos que van desde tres meses hasta ocho años. Todo de manera digital, naturalmente. En el futuro la teleco también ofrecerá tarjetas de crédito y débito. Incluso no descarta pedir licencia bancaria.
Precisamente, esa es la diferencia más importante entre un banco y una financiera: el banco está bajo la supervisión del Banco de España y del BCE porque tienen depositantes, mientras que una financiera no.
Sea como fuere, tanto MásMóvil como Cetelem tienen un problema común que ya hemos citado más arriba: el maltrato a los clientes. Así, según el XIII estudio publicado este miércoles sobre los Servicios de Atención al cliente de los operadores de telecomunicaciones, elaborado por la Asociación Pro Derechos Civiles, Económicos y Sociales (ADECES), el grupo que dirige Meinrad Spenger y que pertenece a los fondos Providence, KKR y Cinven, es el único que suspende en cuanto a la asistencia técnica a sus clientes (3,84 sobre 10) y el que obtiene la nota global más baja en atención al cliente (5,31), por detrás de Orange (5,36), Euskaltel (5,59), Vodafone (6,10) y Movistar (7,24).
Spenger, sin embargo, asegura todo lo contrario. "Somos el operador nacional que menos se gasta en márketing porque nuestros clientes son los más satisfechos con diferencia y ellos mismos nos recomiendan y facilitan nuestro crecimiento. Y vamos a seguir en esta línea", afirmó en una entrevista publicada en Invertia/El Español, el lunes.
Y qué decir de Cetelem. Basta una vuelta por la red para comprobar el descontento de muchos clientes que en su día solicitaron un préstamo.