- Son expertos en banca al por menor, a diferencia de los anglosajones (banca de inversión).
- Por eso los bancos americanos se retiran de Hispanoamérica y los españoles ocupan su espacio.
- Ana Botín ratifica ante Macri el plan de inversiones del Santander en Argentina (1.274 millones).
- También lo ha hecho en Brasil, a contracorriente, como Telefónica, frente a la fuga de inversores.
- Es la misma política de BBVA, interesado en el argentino Patagonia, que mira con atención a la misma región.
La salida reciente del americano
Citibank de los países de
Hispanoamérica en los que estaba presente (Brasil, Argentina, Colombia o Perú) es algo más que una referencia para medir el pulso en la región. Es el termómetro de una
doble tendencia: la fuga de
bancos con cultura financiera anglosajona y el aumento de la presencia de los bancos españoles, distanciados de los anteriores en el modo de hacer banca, a la que vez que más próximos -no sólo por idioma- en esos países.
Pero ni Citi es el único que se ha ido (sumen las desinversiones de otros, como el británico
HSBC o los estadounidenses
Morgan Stanley o
Goldman Sachs), ni los bancos españoles son los únicos actores. Pongan ahí, además de
Santander y
BBVA y aseguradoras como
Mapfre y
Mutua Madrileña, operadoras (
Telefónica), eléctricas, etc.
No es casual, por ejemplo, que
Telefónica haya anunciado este mismo mes una inversión, hasta 2019, de 6.700 millones de euros en
Brasil, a pesar de las turbulencias económicas en ese país.
En el sector financiero, en concreto, los dos grandes bancos españoles, BBVA y Santander, están en los
países más relevantes y dependen en gran medida de esa región en sus cuentas de resultados.
No sólo toman las posiciones que otros dejan bancos (la compra por el Santander de los activos en Argentina del Citi es la más reciente), sino que confirman esa
tendencia inversora.
Lo acaba de hacer la presidenta de Santander,
Ana Botín (
en la imagen, a la izquierda), en su encuentro con el presidente argentino,
Mauricio Macri, ayer jueves, al que confirmó el plan de inversiones en ese país (1.274 millones de dólares) de su filial,
Santander Río (2,6 millones de clientes).
Es el modo de asegurar la confianza en ese país, a pesar de las dudas que ha sembrado en el pasado. Es lo mismo que ha hecho Ana Botín en Brasil, a principios de esta semana, durante su entrevista con el presidente,
Michel Temer, a la que acudió con su
número uno en ese país,
Sergio Rial.
Y lo mismo cabe decir de
BBVA, que preside
Francisco González (
en la imagen, a la derecha), que también confirma su interés por el banco argentino
Patagonia, a través
Martin Zarich, presidente ejecutivo de la filial en ese país,
Banco Francés. El
Banco do Brasil, que controla el 59% de Patagonia, lo ha puesto en venta.
Tanto la retirada de los bancos americanos como la mayor presencia de los bancos españoles se explican por el modo de hacer banca. Los primeros prefieren la
banca corporativa y de inversión, mientras que los segundos son especialistas en un negocio que está en las antípodas:
banca minorista, apoyada en red de oficinas.
Por eso también, los primeros se refugian en
paraísos fiscales, en busca de rentabilidad, mientras los segundos buscan las oportunidades en los huecos que dejan. Dicho de otro modo, los bancos de cultura anglosajona escapan de los
países emergentes en los que entraron, del mismo modo que los españoles muestran su preferencia por Hispanoamérica.
Eso explica no sólo su presencia, sino también que la eleven, en función de la evolución de la economía de esos países. Ha ocurrido en
Perú o en
Chile y puede pasar hasta en
Panamá, que también les atrae, a pesar de las sombras sobre su oscura fiscalidad (da muestras de que querer ser más limpio). Atentos también a las oportunidades que se abren en
Colombia.
Rafael Esparza