La lucha contra el cambio climático avanza: cadáveres como fertilizante y canibalismo
Cada día que amanece el número de tontos crece. ¿Y el de idiotas? A mayor velocidad. Les cuento: el Estado de Washington ha legalizado el uso de cadáveres humanos como compost.
Es decir, a partir de ahora, en Washington, podrán utiliza los muertos no para el Cementerio de Arlington sino para fertilizar el planeta. Nos lo explica El País, por supuesto, sin emitir el menor juicio crítico. Ojo al dato: “La ley entrará en vigor en 2020, cuando los residentes podrán elegir entre un ataúd, ser incinerados o convertirse en tierra fértil”.
Se llama compost humano y la técnica recibe el nombre de composición.
La civilización comenzó cuando empezamos a enterrar a nuestros muertos… pero hoy los tiempos adelantan que es una barbaridad
Una empresa especializada nos explica al menso dos sistemas para que nuestros cuerpos se conviertan en terreno fértil. Esos cuerpos que han depredado el planeta -criatura extraordinariamente sensible- ayudarán ahora a fertilizarlo. ¿No resulta hermoso?
La primera técnica se resume así: “La denominada ‘reducción orgánica natural’ tiene un coste más bajo, con un promedio de 5.500 dólares frente a los 7.000 dólares de un entierro tradicional en EEUU, según datos de 2017 de la Asociación Nacional de Funerarias”.
También está la hidrólisis alcalina, conocida también como cremación líquida, un proceso que "convierte los cuerpos en líquido y hueso tras pasar por una máquina presurizada con agua, productos químicos y calor”.
No sé si el gobernador de Washington tendrá acciones en esta empresa de alta tecnología, pero queda claro que se trata de un progresista de mucho cuidado. Ya lo creo que sí.
Antropólogos y arqueólogos consideran que la civilización comienza cuando la comunidad comienza a enterrar a sus muertos, a honrar sus cadáveres. Por ahora, miren por donde, los cuerpos humanos, esos que algún día resucitarán gloriosos, sirve para compostaje en Washington.
El efecto, no sólo es que el número de tontos crece, es que nos hemos vuelto todos imbéciles.
La ecología, en efecto, está idiotizando a la raza humana. Si no, vean la imagen del anuncio publicado por Greenpeace: un conjunto de esquelas sobre el orangután de Borneo, la vaquita marina, el tigre de Sumatra o el tiburón ballena: ¡Que sus cadáveres hayan fertilizado su habitat! Y sin compostaje alguno.