• En la misma noche electoral y a cambio del Frente Popular: que Iglesias le apoyase para llegar a La Moncloa.
  • De inmediato, Felipe González y los barones territoriales le amenazaron con forzar su dimisión.
  • La oferta de Sánchez hizo que Iglesias se envalentonara y hablara de referéndum de autodeterminación: se lo exigen los chicos de Ada Colau.
  • Podemos cree que unas elecciones anticipadas les benefician a ellos y al PP y perjudican a Ciudadanos y al PSOE.
  • Y Alfonso Guerra insiste: si el PSOE se alía con el PP, adiós al PSOE; si el PSOE se alía con Podemos, adiós a España.
La crisis política más profunda de todas no ha sido la del PP de Mariano Rajoy sino la del PSOE de Pedro Sánchez. Comenzó tras el desastre electoral del domingo. Esa misma noche, el secretario general del PSOE se puso en contacto con Pablo Iglesias para ofrecerle la Presidencia del Congreso como un caramelo inicial para un proyecto mayor: que le apoye en una campaña para la creación de un frente popular republicano con todas las fuerzas de izquierdas y llegar a La Moncloa. La ambición de Pedrito no conoce límites. De entrada, ahora resulta que Sánchez le pide a Rajoy esa misma Presidencia del Congreso para el propio PSOE. En cualquier caso, con su iniciativa consiguió dos cosas: que Pablo Iglesias se envalentonara y exigiera el referéndum de autodeterminación catalán y que en el PSOE amenazaran a Sánchez con forzar su dimisión: hablamos de Andalucía, Extremadura y Castilla-La Mancha, por no aludir a otra referencia de los socialistas: Felipe González. Ya lo dice Alfonso Guerra. Si el PSOE se une al PP se destruirá el PSOE; si el PSOE se une a Podemos se destruye España. La metedura de pata de Sánchez y las amenazas de sus presuntos subordinados le han llevado a hundirse en el mutismo. A lo mejor le salva, curiosamente, Mariano Rajoy, quien le ha tendido la mano con la reunión de la mañana del miércoles en La Moncloa. Se apunta a una especie de Duopolio político contra los emergentes, sobre todo, contra Podemos. Sánchez intenta ahora mantenerse en la Secretaría General del PSOE a toda costa. Y en un año, ya veremos qué se puede hacer contra Rajoy. Por ejemplo, una moción de censura. A todo esto unan la línea trasversal de las elecciones anticipadas. Si PP y PSOE no logran formar Gobierno habrá que convocar elecciones. Ahora bien, Podemos está deseando una nuevas elecciones porque cree que aún le puede quitar más diputados al PSOE. Por su parte, el PP considera que Ciudadanos le ha robado 60 diputados (no 40, debido a la Ley D'Hont). Por tanto, Rajoy está convencido de que unas nuevas elecciones no resultarían mal, y Podemos, lo mismo. Los que están preocupados por la posible repetición de elecciones son PSOE y Ciudadanos. Y hasta aquí si llega Pedrito porque en la mañana del miércoles aseguraba que quienes querían una repetición de elecciones lo hacían "por motivos partidistas". Pero, por el momento, Sánchez puede salvar el cargo a cambio de una acuerdo con el Gobierno en materias claves para el Estado. Por ejemplo, la autodeterminación catalana. Y luego, a la vuelta de un año, año medio, cuando el panorama haya cambiado, moción de censura o similar. Lo que está claro es que la ambición de Sánchez ha llevado al PSOE a la mayor crisis de su etapa democrática. Eulogio López eulogio@hispanidad.com