• Dirige el fondo que dio el pelotazo con la venta de ONO a Vodafone, por 7.200 millones de euros.
  • Ahora pretende repetir la jugada con Másmóvil.
  • De momento, está presente en el Consejo de Administración y controla la Dirección financiera del grupo.
  • En cualquier caso, Meinrad Spenger le vigila de cerca: en la cúpula de Másmóvil no se fían de Hahn.
  • Sí, es más fácil que las cableras del norte compren Másmóvil que éste se quede con las cableras del norte.
  • Hay que reconocerle algo: apuesta con riesgo... que no con amigos.
Hablar de John Hahn (en la imagen) es hablar de Providence, uno de los fondos de capital-riesgo más importantes del mundo -gestiona unos 50.000 millones de dólares-, sobre todo en sectores como el de telecomunicaciones, educación o medios de información. La actividad del fondo en España -y, por tanto, de Hahn- se concentra en dos operaciones: la venta en 2007 del grupo Recoletos (Marca, Expansión, Telva, Diario Médico...) a los italianos de RSC Rizzoli (El Mundo) por 1.100 millones de euros -con una plusvalía de 350 millones- y, más reciente, la venta de ONO a Vodafone por 7.200 millones, cerrada en 2014. Un auténtico pelotazo. Providence se convirtió en accionista de referencia de ONO en 2005, aprovechando la ampliación de capital de 1.000 millones de euros suscrita para completar la adquisición de la división de cable de Auna. Diez años después, y tras una negociación brillante por parte de Hahn, Vodafone accedió a pagar, incluso, un precio superior al señalado por los bancos asesores, que valoraban la cablera en una horquilla comprendida entre 6.000 y 6.500 millones. Ese es Hahn, un especulador puro y duro que comenzó su carrera profesional en Federal Data Corporation y en Price Waterhouse, para incorporarse después a Morgan Stanley como consejero ejecutivo. En el año 2000 comenzó a trabajar en Providence Equity Partners del que actualmente dirige las inversiones internacionales de 'private equity'. Además, es consejero de las empresas Chime Communications, Volia (Ucrania), UMI (India) y ahora también de la española Másmóvil. Efectivamente, Hahn quiere repetir con Másmóvil la jugada multimillonaria de ONO, y ha puesto las bases para lograrlo. Para empezar, Providence podrá convertirse en el máximo accionista de la teleco asumiendo un riesgo mínimo gracias al bono convertible a largo plazo suscrito por el fondo y mediante el cual se compromete a invertir entre 165 y 200 millones de euros. En otras palabras, si el negocio va bien, todos amigos, pero si se tuerce, Providence tendrá prioridad de cobro sobre el resto de accionistas. A partir de ahí, si se produce cualquier negociaacón corporativa -y ya se encargará él de que se produzca- llevará las riendas de la negociación. Mientras tanto, Másmóvil se compromete a pagar trimestralmente al fondo un cupón del 6,35% de interés anual. No está mal y Hahn quiere asegurarse de que los planes de Masmóvil caminen en la dirección correcta. Por eso, una de las condiciones que impuso para la entrada en el accionariado fue la de tener el control sobre el departamento financiero de la teleco, que dirige José María del Corro. Y como podía esperarse, ha exigido la presencia de dos consejeros en el Consejo: el propio Hahn y Robert Sudo, que también le acompañó en el Consejo de ONO. Como se puede ver, Hahn lo tiene todo bien atado con el fin de asegurar el máximo retorno a la inversión realizada. Pero eso es, precisamente, de lo que recela la cúpula de Másmóvil, centrada únicamente en el crecimiento del negocio. Dicho de otra manera, no se fían de él y de los movimientos corporativos que puede alentar en un futuro más o menos próximo con el fin de vender la teleco. Por ejemplo, a las cableras del norte. Eso sí, al amigo Hahn hay que reconocerle que ama el riesgo. Entró en ONO cuando el cable era una incógnita -que ha cedido ante la fibra, dicho sea de paso- y ahora entra en el cuarto operador que pretende competir con los tres grandes (Telefónica, Vodafone y Orange) sin la televisión, algo que para algunos resulta imposible. Pero es un riesgo compartido. Probablemente, cuando se decante el proyecto, Providence ya no estará en él. Lo de ONO le salió bien. Lo de Másmóvil está por ver pero Spenger no se fía. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com