- En el Evangelio se indican las "tres tentaciones de Cristo… Tres tentaciones del cristiano" que "buscan degradar y degradarnos: la riqueza, la vanidad y el orgullo".
- Dios se acercó y se acerca al corazón sufriente pero resistente de tantas madres, padres, abuelos que han visto partir, perder o incluso arrebatarles criminalmente a sus hijos".
- "La cariñoterapia es tan importante. A veces una caricia ayuda tanto a recuperarse".
- Aunque volvió a recordar que "Dios tiene un nombre: misericordia".
Prosigue el viaje del
Santo Padre a
México, cuya duración es desde el 12 hasta el próximo 18 de febrero. Durante los días anteriores de su visita ha dejado mensajes que merece la pena rescatar.
Por ejemplo, en la visita a la
Basílica de Nuestra Señora de Guadalupe para
celebrar la eucaristía con miles de fieles allí congregados, afirmó: "Dios despertó y despierta la esperanza de los pequeños, de los sufrientes, de los desplazados y descartados, de todos aquellos que sienten que no tienen un lugar digno en estas tierras". En ese amanecer, "Dios se acercó y se acerca al corazón sufriente pero resistente de tantas madres, padres, abuelos que han visto partir, perder o incluso arrebatarles criminalmente a sus hijos".
En la santa misa en la
ciudad de Ecatepec, el Pontífice provechó para señalar como la cuaresma es "tiempo para ajustar los sentidos, abrir los ojos frente a tantas injusticias que atentan directamente contra el sueño y proyecto de Dios", señalando como en el Evangelio se indican las "tres tentaciones de Cristo… Tres tentaciones del cristiano" que "buscan degradar y degradarnos".
La primera es la riqueza, "adueñándonos de bienes que han sido dados para todos y utilizándolos tan sólo para mí o 'para los míos'. Es tener el 'pan' a base del sudor del otro, o hasta de su propia vida" y "en una familia o en una sociedad corrupta es el pan que se le da de comer a los propios hijos".
La segunda tentación, señaló, es la vanidad, "esa búsqueda de prestigio en base a la descalificación continua y constante de los que 'no son como uno'".
Y la tercera, "el orgullo , o sea, ponerse en un plano de superioridad del tipo que fuese, sintiendo que no se comparte la 'común vida de los mortales', y que reza todos los días: 'Gracias Señor porque no me has hecho como ellos'".
"Vale la pena entonces preguntarnos", dijo el Papa, "¿Hasta dónde somos conscientes de estas tentaciones? ¿Hasta dónde nos hemos habituado a un estilo de vida que piensa que en la riqueza, en la vanidad y en el orgullo está la fuente y la fuerza de la vida? ¿Hasta dónde creemos que el cuidado del otro, por el pan, el nombre y la dignidad de los demás son fuentes de alegría y esperanza?".
El Santo Padre también pidió "hacer de esta bendita tierra mexicana una tierra de oportunidad",
en la cual "no haya necesidad de emigrar para soñar; donde no haya necesidad de ser explotado para trabajar; donde no haya necesidad de hacer de la desesperación y la pobreza de muchos el oportunismo de unos pocos". O sea "una tierra que no tenga que llorar a hombres y mujeres, a jóvenes y niños que terminan destruidos en las manos de los traficantes de la muerte".
El Papa Francisco también aprovechó para hablar claro sobre
corrupción, narcotráfico y violencia, algunos de los males que carcomen al país hispanoamericano, según
Reuters.
"La experiencia nos demuestra que cada vez que buscamos el camino del privilegio o beneficio de unos pocos en detrimento del bien de todos, tarde o temprano, la vida en sociedad se vuelve un terreno fértil para la corrupción, el narcotráfico, la exclusión de las culturas diferentes, la violencia", dijo.
"A los dirigentes de la vida social, cultural y política, les corresponde de modo especial trabajar para ofrecer a todos los ciudadanos la oportunidad de ser dignos actores de su propio destino", agregó Francisco frente al presidente
Peña Nieto y la plana mayor de líderes políticos, de la sociedad civil y diplomáticos.
En su visita a los niños enfermos de cáncer en el Hospital pediátrico Federico Gómez, Francisco invocó la bendición divina para "todas las personas que, no solo con medicamentos sino con la cariñoterapia, ayudan a que este tiempo sea vivido con mayor alegría". "La cariñoterapia es tan importante. A veces una caricia ayuda tanto a recuperarse", ha
enfatizado.
Aunque volvió a recordar que "Dios tiene un nombre:
misericordia".
José Ángel Gutiérrez
joseangel@hispanidad.com