tarjetas black
Las 'tarjetas black' de las que disponía la fundación de la Junta de Andalucía para formar a los parados se usaron para pagar comidas en restaurantes, hoteles y reparaciones de vehículos de directivos de la entidad. E, incluso, pudieron usarse para pagar los servicios de un club de alterne, informa El Mundo.
Eso es lo que se desprende de las actuaciones que está llevando a cabo la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil en el marco de la investigación que sobre la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe) dirige el Juzgado de Instrucción 6 de Sevilla.
La UCO -que ya advirtió de la existencia de estas tarjetas opacas en un oficio remitido a la juez en el que pedían que requiriese a la Administración andaluza los movimientos de estas tarjetas- ha tomado declaración a varios testigos que han arrojado algo de luz sobre el uso de estos medios de pago.
Uno de ellos es el dueño de un club de alterne de la capital hispalense, al que han interrogado sobre los pagos con tarjeta en su establecimiento y, en especial, acerca de las anulaciones de algunos cargos. Esta declaración estaría vinculada a algunos pagos con las tarjetas de la Faffe que, según han podido comprobar los investigadores de la UCO, se rectificaron y reembolsaron. Algunos de ellos, según la información que ha trascendido de las actuaciones, en el pub Don Angelo, el club a cuyo propietario han preguntado.
La UCO ha tomado declaración a varios testigos que han arrojado algo de luz sobre el uso de estos medios de pago.
Otra testigo es una técnico de la Dirección Económico Financiera de la Faffe -liquidada en el año 2011 en medio de un escándalo de irregularidades y nepotismo-, que ha confirmado la existencia de las tarjetas black y que se usaron en hoteles, restaurantes y talleres mecánicos. Que ella supiera, manifiesta en su declaración, usaba estas tarjetas el director general de la fundación, Fernando Villén, que fue secretario de Empleo de la ejecutiva del PSOE andaluz.
En la declaración, a cuyo contenido ha tenido acceso El Mundo, esta técnico detalla que disponía de tarjeta -ella la llama "de representación- al menos Villén y que tenía un límite de gasto de 3.000 euros. En un principio, la tarjeta a disposición del director general de la Faffe estaba asociada a una cuenta bancaria en la entidad Caja San Fernando y, posteriormente, a otra cuenta en Unicaja. Las explicaciones de esta testigo cobran especial relevancia en cuanto que confirma que con esas tarjetas se hicieron pagos indebidos que luego reembolsó Villén. No sucedió una sola vez, cuenta, sino en varias ocasiones y por importes superiores a los 500 euros.
Esto casa con la línea del interrogatorio al dueño del prostíbulo Don Angelo, al que los agentes de la UCO preguntaron sobre todo acerca de las anulaciones de pagos con tarjeta en el marco de la investigación por el fraude de la formación, macrocausa de la que se desgajó la pieza relativa a la Faffe.
La declaración de la extrabajadora de la entidad está fechada en marzo de 2016 y algunos meses después, en noviembre y probablemente a resultas de aquélla, la del propietario del club de alterne.