La energía no es más barata, pues el déficit sigue creciendo: no lo pagas hoy, pero sí mañana
El déficit eléctrico sigue manteniendo la pequeña tregua con la vicepresidenta cuarta y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, y ahora se ha unido también el déficit gasista. Pero ojo, por mucho que digan que la energía es más barata no es cierto, pues es probable que hoy se pague una menor factura, pero el déficit sigue creciendo, aunque sea a menor ritmo que hace un año: por tanto, no lo pagas hoy, pero sí mañana.
En la novena liquidación provisional de año (correspondiente al mes de septiembre), publicada por la CNMC, el desvío del sector eléctrico ha sido de 2.386,6 millones de euros, un 11% menos que hace un año, debido a que los ingresos han aumentado, pero ha sido insuficiente para cubrir los costes. Eso sí, la bajada es ligeramente superior a la registrada en la octava liquidación provisional, cuando fue del 10,3%.
El déficit de tarifa cerró el año pasado en 16.602 millones y la deuda acumulada del sector gasista estaba en unos 1.000 millones al final de 2018
Por su parte, el déficit gasista ha pasado de los 70 millones de septiembre de 2019 a 306 millones, por tanto, se ha cuadruplicado. ¿Los motivos? Menores ingresos, menores costes liquidables y menor retribución. No obstante, la comparación interanual es algo mejor a la que se dio el pasado agosto, cuando el desvío se multiplicó diez veces respecto al del mismo mes de 20119.
A pesar de que los datos de la novena liquidación provisional son algo mejores a los de hace un año, conviene que estos árboles no impidan ver el bosque, pues el verdadero problema es la pesada herencia de la deuda acumulada. En el sector eléctrico, se la denomina déficit de tarifa y fue obra del socialista José Luis Rodríguez Zapatero y sus cuantiosas primas a las renovables: en su día llegó a casi 30.000 millones y cerró el año pasado en 16.602 millones; y en el caso de la del sector gasista estaba en unos 1.000 millones al final de 2018.