El déficit eléctrico ha mantenido la pequeña tregua con la vicepresidenta cuarta y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, pero el déficit gasista se ha disparado. En concreto, este último se ha multiplicado por diez, hasta los 253 millones de euros en agosto.

En la octava liquidación provisional del año, publicada por la CNMC, el desvío del sector eléctrico se ha situado en 2.175,8 millones de euros, un 10,3% inferior al del mismo periodo del año pasado (-2.421 millones). Todo ello gracias al aumento de los ingresos, aunque ha sido insuficiente para cubrir los costes.

Por su parte, el déficit gasista ha pasado de los 25 millones de agosto registrados el año pasado a 253 millones. Además la demanda de gas ha bajado un 11,7%, hasta 203,8 teravatios-hora (TWh).

Sin embargo, el gran problema no son los déficits que se registran en las liquidaciones provisionales sino la pesada herencia de la deuda acumulada: en el sector eléctrico se la conoce como el déficit de tarifa, obra del socialista José Luis Rodríguez Zapatero y sus cuantiosas primas a las renovables, que llegó a casi 30.000 millones y cerró 2019 en 16.602 millones; y en el caso de la del sector gasista estaba en unos 1.000 millones en 2018, pero no se sabe en cuánto cerró el año pasado.