• Sáenz de Santamaría evita responder qué le parece que García Margallo participe en un debate con Oriol Junqueras.
  • Primero dice que "el Gobierno respeta las opiniones de cada uno", y a renglón seguido, que el PP ha descartado las propuestas del ministro.
  • O sea, desvirtúa la que pueda decir en el debate García Margallo.
  • A Rivera tampoco le gusta: "Es mejor que los temas de Cataluña no los lleve el ministro de Asuntos Exteriores".
  • La vicepresidenta rebaja la posibilidad de entenderse con Pedro Sánchez: "¿De qué consenso estamos hablando?".
Las elecciones catalanas han planeado esta mañana en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, como es natural -no se habla de otra cosa, aunque aburra de ganas-, pero no por lo que institucionalmente se tiene que decir ante el desafío de Artur Mas, sino por una cuestión más prosaica: la intervención del ministro de Exteriores, García Margallo, en un debate televisado con el líder de ERC, Oriol Junqueras, que también dibuja la tensión interna en el Gobierno y el PP por la cuestión catalana. Dos veces dos se le ha preguntado a la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, por el asunto, y dos veces dos ha despejado a córner. O sea, se ha negado a dar su opinión porque esas cosas, para la vice, no son cosas de su competencia, sino del Comité de Campaña de PP. Un modo como otro cualquiera, para entendernos, de dejar que sobrevuele que hay fisuras y bandos en el Gobierno por las elecciones catalanas. Soraya lo ha dejado más claro todavía al preguntarle, más en concreto, por la posibilidad de una reforma constitucional como la que propuso García Margallo, para enmendar "el hecho catalán". La cosa tiene su aquel, si tenemos en cuenta que fue García Margallo el que estuvo manejando, entre bambalinas, la negociación, hoy muerta, entre la Generalitat y el Gobierno de Rajoy. La vicepresidenta ha reaccionando airada: "El Gobierno respeta las opiniones de cada uno. Pero tanto el Gobierno como el PP han dejado clara la posición en cuanto a la reforma de la Constitución. Ahora se requiere un consenso amplio". Verde y con asas. Lo que Soraya ha dejado claro es que García Margallo es muy respetable en sus opiniones, faltaría más, pero que no representa la línea dura, la más extendida, del Partido Popular con Cataluña. Sólo le faltado explicar cómo se llevan. De la misma opinión, aunque por otras razones, es el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, que ha vuelto a cargar este viernes contra Margallo a propósito de su participación en el debate con el líder de ERC. Rivera ha insistido en recomendar a Rajoy que es mejor que "los temas de Cataluña no los lleve el ministro de Asuntos Exteriores" y ha recordado que "Ciudadanos ha propuesto un debate económico sobre las consecuencias de la secesión pero la lista de Mas y Junqueras prefiere evitarlo y mirar hacia otro lado". Otra cosa. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Sáenz de Santamaría se ha referido también a la postura de Pedro Sánchez en las elecciones catalanas. Ha recurrido a la ironía: cómo se va entender con el PSOE en un tema tan importante como Cataluña "si el propio PSOE tiene dificultades para definirse, ¿de qué consenso estamos hablando?". Y después ha añadido que el PSOE debería ponerse a favor de los que defienden la visión de una España unida. "Esa bandera la tenemos en común y representa nuestra democracia, nuestro marco de convivencia", ha dicho. Rafael Esparza rafael@hispanidad.com