A partir del próximo 31 de diciembre, las minas de carbón ya no recibirán ayudas públicas, lo que supondrá, en la práctica, el cierre de las que quedan en Asturias, León y Palencia. Ahora bien, esa decisión tiene un contrapunto en las alternativas de apoyo a las comarcas afectadas, todavía sin concretar.

Se trata, sobre todo, de un plan social para dar cobertura hasta 2027 a los 2.000 trabajadores que quedan del sector, mediante un plan de ayudas para su recolocación, prejubilaciones y bajas incentivadas. Es la razón que explica la prisa de los afectados por firmar un acuerdo con el Gobierno Sánchez, no vaya a ser caiga.

El preacuerdo prorroga la actividad más allá del 31 de diciembre, pero sin subvenciones

El contenido del preacuerdo, que se firmará el miércoles, ha sido sellado ya por los sindicatos y Teresa Ribera, ministra de Transición Ecológica (y de la descarbonización). Paradójicamente, no salva las minas pero prolonga la vida de la pública Hunosa, con más de 1.000 trabajadores. El resto trabajan en empresas privadas en concurso de acreedores o fase de liquidación.

Hunosa tendrá que negociar su plan de empresa para mantenerse en la actividad energética (geotermia, biomasa o renovables o minas, sin ayudas, a cielo abierto), al tiempo que conserva abierto un pozo abierto para suministrar a la central térmica La Pereda (Mieres).

El principio del acuerdo no finiquita la actividad, que podrá seguir si es competitiva, pero es mucho más concreto en las medidas que promueve para los afectados por los cierres de las explotaciones mineras.

Hunosa sobrevive por su relevancia en las cuencas asturianas pero tendrá que negociar un plan de empresa

En concreto, contempla prejubilaciones para los trabajadores de 48 años con el 72% de sueldo bruto y el coeficiente reductor correspondiente. Algunos se podrán prejubilar a los 40, si han cotizado 20 años y han trabajado 8 en una empresa minera. El resto se beneficiarán del plan de ayudas para reactivar las zonas mineras.

El preacuerdo incorpora a los planes de recolocación a los trabajadores de las empresas auxiliares mineras, contratadas o subcontratadas, a los que considera como excedentes mineros.

Los planes de reactivación de las comarcas, en concreto, incluyen las recolocaciones en trabajos vinculados a la recuperación de esas zonas, mediante un plan de desarrollo de energías renovables, la restauración medioambiental y ayudas a formación.