• La ex ministra socialista de Medio Ambiente, antinuclear confesa, ha sido la voz discordante en el CSN.
  • Polémica fue su incorporación y 'consoladora' su marcha por sus pegas a la vida útil de las centrales.
  • Nadal deshoja la margarita en el modelo de transición energética, pero tiene en contra al PSOE.
  • A la cúpula del PSOE se une ahora Narbona… para apoyar también a Sánchez en su propuesta energética.
  • La nuclear no sale del debate, tan cargado de demagogia como ausente de realismo sobre las fuentes de energía.
El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) es, en estos momentos, otro de los rincones que se ajustan al reparto de poder de los grandes partidos. Es la razón de que Cristina Narbona (a la izquierda, en la imagen) fuera elegida, a finales de 2012, consejera de la institución. Polémica fue su entrada, pensando en el recelo antinuclear de la ex ministra socialista de Medio Ambiente (2004-2008), y consoladora su salida, teniendo en cuenta el cometido propio del CSN. A su decisión de aceptar la propuesta de Pedro Sánchez para presidir el PSOE, después del 39 Congreso, se unirá la de dejar de ser consejera del CSN, mandato que vencía en diciembre de 2018. ¿Disgusto en el CSN? Más bien lo contrario, teniendo en cuenta los roces que Narbona,  pareja sentimental de Josep Borrell, ex consejero de Abengoa, ha provocado en el seno del propio CSN. Algunos bastante sonados, como su negativa a la reapertura de la central nuclear de Garoña, la modificación del marco para alargar la vida útil del resto de las centrales (de plena actualidad) o el visto bueno del CSN, que preside Fernando Martí (en el centro de la imagen), a la ubicación en Cuenta del almacén de residuos nucleares (ATC). Tres de tantas, ya que en total ha sumado 19 votos discrepantes. El relevo de Narbona, no obstante, seguirá la senda prevista en los Estatutos del CSN: depende del real decreto del Gobierno, tras el pase y evaluación del candidato propuesto por Industria y el visto bueno de tres quintas parte de la correspondientes Comisión del Congreso. Narbona llevará también el área de medio ambiente del PSOE, en un momento en el que Gobierno tiene que legislar sobre el modelo de transición energética. El ministro Álvaro Nadal se quejaba el otro día de la falta de propuestas de los partidos, al mismo tiempo que respondía a las eléctricas que no habrá rebaja de impuestos a la nuclear. Es eso, la energía nuclear, lo que está en juego en la futura Ley de Cambio Climático,  aunque hay más demagogia política que realismo práctico sobre la cuestión, en el horizonte de cumplimiento de las exigencias de Bruselas sobre energías limpias y supresión de emisiones contaminantes. La postura de Narbona al respecto es conocida por el libro La energía después de Fukushima, del que es coautora. Narbona es una antinuclear confesa, como muestra en el libro, y defensora de las energías renovables. Nadal también las defiende, en el modelo de transición, pero eso no evita que considere necesaria la energía nuclear (22% de la producción eléctrica en España), al mismo tiempo que culpa a las renovables del precio de la luz. Esa energía supone 7.000 millones de euros en primas. Rafael Esparza