• La duda sigue en Turquía, donde tiene el 39,9% de Garanti, que aportó 324 millones al beneficio en el semestre.
  • Es el negocio exterior el que salva las cuentas, mientra, aquí, FG convierte la transformación digital en batalla laboral.
  • El banco es una foto fija en bolsa desde la intentona golpista: la acción se resiste en los 5,33 euros (corrige si los supera).
  • La depreciación de la lira, del 15% desde entonces, también le afectará: los beneficios hay que repatriarlos.
  • Todo se ha complicado desde la incursión de Erdogan: "Vamos a apretarle las cuentas al sector financiero", aseguró.
Turquía, ese es uno de los grandes problemas para el BBVA, por su exposición en ese país, en el que tiene el 39,9% del banco turco Garanti, y por las dudas que despierta esa economía emergente tras las medidas que ha puesto en marcha su presidente, Erdogan, después del intento de golpe de Estado, que comprometen también, cómo no, la política económica y el crecimiento del país. Pero el problema de BBVA viene de atrás. Desde enero ha perdido un 20,9% de su capitalización, que se eleva 40% con la referencia a los últimos doce meses. Acabó 2015 con una cotización de 6,74 euros la acción y ahora está a 5,34. En enero, el banco valía en bolsa 43.677,6 millones, frente a los 34.605,1 millones actuales (-91.072,49 millones). No es ocioso recordar que Turquía es el tercer gran mercado para los ingresos de BBVA, que preside Francisco González (en la imagen). En el primer semestre le aportó 324 millones de euros, un 31,8% más. El banco salvó sus resultados en ese periodo por su negocio exterior. Por esa razón, los analistas están tan pendientes del país en sí -la cotización de la moneda turca, la lira, es un buen termómetro para sus intereses comerciales- como del BBVA, por el efecto colateral en sus cuentas. A eso se añade la polémica transformación digital -FG parece que no piensa en otra cosa- lo que está provocando un malestar creciente en la plantilla, que se teme un fortísima reducción de plantilla y personal en otoño. Pero sin olvidar, sobre todo, que el futuro de Garanti, primer banco turco, representa también el 12,3% de los activos de BBVA, y que la depreciación de la lira también afecta a su capitalización (los beneficios hay que repatriarlos). Pues bien, la lira ha retrocedido en torno al 15% desde el golpe de Estado y todavía no se ha recuperado. Con la acción del BBVA en la bolsa ha ocurrido lo mismo. Por eso, su cotización no ha logrado remontar los 5,3 euros a los cerró el día del fallido golpe. El 2 de agosto llegó a perder el 10,6% de su capitalización por las sombras que dejaron los test de estrés del BCE en toda la banca europea (el contagio bursátil llegó también al Ibex). Los Moody's todavía no ha revisado el rating de Garanti -como sí han hecho la agencias de calificación con la deuda turca), pero es evidente que pesará en su balance. De ahí que FG entrara en pánico cuando Erdogan amenazó a los bancos turcos. "Vamos a apretarle las cuentas al sector financiero", dijo después de la intentona golpista, porque estaba "en desacuerdo con los bancos". Y es que una cosa es la purga del sultán en todo el país y otra que quiera doblegar también al sistema financiero. Lo primero se ha traducido en una importante depreciación de la lira, y lo segundo, en un quebradero de cabeza para BBVA. Y ya saben, además, que Erdogan también pidió recientemente a los bancos -le encantaría controlar también el banco central- que bajaran los tipos de interés de las hipotecas (del 16% al 9%) porque son "opresivos". Oiga, pero eso tiene riesgos para los bancos, o más en concreto para BBVA, acorralado, como el resto de entidades, por la política monetaria del BCE, con tipos al 0%. Para los expertos, el BBVA da síntomas en bolsa de "potencial agotamiento comprador". El valor ha superado, dicen, la resistencia que tenía en los 5,438 euros, pero le costará llegar al soporte de los 4,742 euros. El valor de la entidad baja este jueves lo que subía ayer, pero eso es lo de menos, a la luz de la caída que acumula en el año. A pesar de la pérdida de capitalización en el último año -y también los problemas en Turquía- el banco no se da por enterado. Ha insistido en que la inversión en ese país es a largo plazo y que el futuro compensará los sustos en el corto plazo. Pero como siempre en estas cosas, los analistas tienen otra manera de pensar y, por eso mismo, vigilan, no sólo la cotización del BBVA, que depende mucho de Garanti, sino del país, bastante sacudido por el terrorismo y el lastre que eso supone, por ejemplo, en el turismo, una de sus principales fuentes de ingresos. Esa es la razón, según los analistas, de que el valor coche con la cota de los 5,3 euros por acción. Le ha pasado algunas veces este mes de agosto -poco representativo, dicho sea de paso, por el escaso volumen de contratación-, pero en esa cota sigue vuelve a caer. Pero todo empezó con el golpe de Estado en Turquía, donde encalló el valor. Andrés Velázquez Andres@hispanidad.com