Los españoles no quieren AstraZeneca, lo que pasa es que el Gobierno les obligó a los menores de 60 a vacunarse con la primera dosis de Astra y luego les aconsejó que la segunda dosis fuera de Pfizer. Y claro, la gente sospecha que el fármaco ha sido fabricado en dos dosis para aplicar ambas, no para combinarlo con la segunda dosis de otro fármaco. Es la ciencia más elevada: el sentido común.

Aclaremos algo: no es que los españoles crean al Gobierno de Sánchez en lo referido al virus. Cuando tienen la oportunidad de traicionarle, le traicionan. Le creen cuando no pueden contrastar la información, que es la mayoría de las veces. Ahora bien, si de entrada les permiten elegir ente AstraZeneca y Pfizer, ¿qué se apuestan a que cogen Pfizer?

Más. El Covid nació en un laboratorio, en Wuham. El primero en decirlo fue Donald Trump, por lo que fue anatemizado. Hispanidad no lo dijo, pero se lo preguntó a Fernando Simón ya en el mes de abril. La respuesta, tensa, muy científica, del muy científico Simón fue que “eso habrá que demostrarlo”. Pues bien, hoy lo repiten unos y otros: el virus nació en un laboratorio chino, nada de origen animal. En breve, esta herejía se convertirá en “evidencia científica”.

Todo varía respecto al virus menos esto: nos hemos vuelto aprehensivos e hipocondriacos

Más virajes: ahora, lo progresista es quitarse el bozal. Lo ha dicho Emiliano García-Page, el socialista que preside Castilla-La Mancha: quiere reducir el uso del tapabocas, sólo a espacios cerrados.

¡Menos mal! Los ‘científicos’ se guían por lo políticamente correcto, hasta que el personal estalla. Entonces los políticos cambian de opinión y la mascarilla que, según Simón, empezó siendo un complemento innecesario (“la mejor mascarilla es la distancia de seguridad”, aseguraba Simón), para convertirse, según Simón, en el principal instrumento de la lucha contra el virus.

En cualquier caso, cuanto antes nos quitemos el bozal, mejor.

La última mentira. Los españoles no quieren AstraZeneca… pero tampoco quieren mariposear con vacunas

Ahora bien, todo varía respecto al virus menos esto: nos hemos vuelto aprehensivos e hipocondriacos. Vacunados que siguen manteniendo la distancia de seguridad o que no salen de casa, hacer deporte con bozal, encerrarse en casa, sospechar que cualquier vahído es síntoma de coronavirus… y grave, vivir enclaustrados por agorafobia, etc.

Estamos convirtiéndonos en una sociedad de aprehensivos e hipocondriacos.

Última perla. Repite el científico Simón que "vacunado no es inmunizado". Ante todo, que no disminuya el pánico.