- Con ello, Rajoy será investido, el PSOE maquilla su apoyo al PP y salva su imagen.
- De otra forma, el PSOE se rompe: la Gestora está encontrando muchas más resistencias de las esperadas.
- Pero, por si acaso, le lanza al PP la sugerencia de que no abandone sus contactos con el PNV y con el canario Quevedo… por si fuera necesario un plan B.
- Daño colateral de la crisis socialista: Susana Díaz ha muerto.
El asturiano
Javier Fernández (
en la imagen) no sabía en lo que se metía cuando aceptó la presidencia la
Comisión Gestora del PSOE. Pensó que el asunto estaba claro: abstención en la sesión de Investidura y dos años para olvidar a
Pedro Sánchez y preparar un
Congreso de refundación.
Pero el partido no respondió. Rebelión de los catalanes y de los socialistas (como mallorquines y valencianos) que necesitan del voto
podemita (o así, que dijo un vasco) para poder seguir sentados en sus sillones. Son los que más tienen que "reflexionar" al respecto.
Al final, ni tan siquiera sirvió lo de buscar los 15 votos favorables a
Rajoy, con abstención, se entiende, y una profusión de noes en el resto del grupo parlamentario socialista. Y es que si exigen la abstención global podrían otorgarle carácter heroico al solitario 'no' de Pedro Sánchez y sus fieles (¿le queda alguno?) además de fracasar: si la cúpula del partido hace una apuesta, el resto tiene que secundarla.
Así que el plan es el ya anunciado por Hispanidad pero con una peculiaridad añadida. Se trata de que entre 15 y 20 diputados se abstengan para que Rajoy pueda ser presidente pero, eso sí, tras otorgar
libertad de voto a todo el grupo. Me cogen, ¿verdad? Es como aquello de "mi capitán, ¿desato a los voluntarios?".
Pues eso, que una veintena de anónimos permitan a Rajoy ser investido presidente, pero sin conocer quiénes son.
Ni tan siquiera eso está claro en el PSOE. Fernández, por si acaso, ya
ha animado al PP a no romper los lazos con el PNV. Ojo, que el PNV tendría que votar favorablemente con sus cinco diputados e incluso faltaría la aquiescencia del diputado de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, que haría el 176.
Y es que Fernández se está encontrando con
muchas más resistencias de las esperadas. No sólo eso, se está encontrando con algo peor: con
un PSOE partido en dos. A lo mejor, en dos partidos políticos distintos.
Y otro de los efectos colaterales es que
Susana Díaz ha muerto. Se preparaba para coger el testigo de inmediato, luego se le dijo que debían pasar dos años. Ahora parece que tendrá que esperar un rato más. A lo peor para siempre.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com