El informe del Congreso sobre la investigación de la crisis financiera, el rescate bancario y la quiebra de las cajas de ahorro aprobado este jueves por todos los grupos parlamentarios excepto por Unidos Podemos -se ha abstenido- y por Ciudadanos -ha votado en contra-, concluye que los principales responsables fueron el Banco de España y el resto de supervisores, que no evitaron la burbuja inmobiliaria ni el crédito excesivo. Los diputados culpan también, aunque en menor medida, a determinados gestores como, por ejemplo, los que llevaron a Bankia a la quiebra.

Todo eso está muy bien desde un punto de vista mediático, pero se queda en la superficie. El informe de sus señorías no llega a la raíz del problema, a los auténticos culpables de la mayor crisis financiera conocida hasta ahora: los bancos centrales, esto es, el BCE (es el encarado de la política monetaria europea desde 1999), la Reserva Federal norteamericana (FED), el Banco de Japón… Fueron ellos los que inundaron el mercado de liquidez y ahogaron el negocio bancario.

Fueron los bancos centrales quienes inundaron el mercado de liquidez y ahogaron el negocio bancario

En definitiva, la culpa no la tuvieron ni los bancos ni mucho menos las cajas de ahorro que fueron obligadas a aumentar sus recursos propios al margen de los mercados porque no eran S.A. En otras palabras, la regulación les puso contra la espada y la pared: o te conviertes en banco y amplías capital, o te buscas la vida por otras vías. Y así, por ejemplo, surgieron las preferentes, un producto de renta fija con una remuneración generalmente alta: había que atraer a los inversores. Por cierto, nadie protestó ni las tachó de complejas mientras las cajas pagaron el cupón correspondiente.

No, la culpa no fue de la politización de las cajas, como afirma el informe del Congreso, sino de la suicida política monetaria del BCE, que dinamitó el negocio típico bancario, esto es, el crédito y las comisiones. ¿Por qué las entidades comenzaron a incluir, por ejemplo, cláusulas suelo en las hipotecas? Porque en ese contexto, necesitaban asegurar que, al menos, no perderían dinero. Ojo, con esto no estamos justificando los abusos en la comercialización de estas cláusulas, ni en las preferentes, ni los créditos dolosos concedidos por algunos gestores, sino poner el foco en los verdaderos culpables de la crisis, los bancos centrales, incluido el BCE.

Sobre el Popular, la comisión solicita que la Junta Única de Resolución (JUR) inyecte liquidez antes de volver a intervenir un banco

Volvamos al informe que, como hemos señalado, culpa al Banco de España y al resto de supervisores. Los grupos parlamentarios coinciden con la banca en una cosa: es imprescindible mejorar la imagen y la reputación del sector. Tiene gracia que lo digan los mismos que, tras la aclaración del Tribunal Supremo sobre el impuesto de las hipotecas, cambien la legislación para que sean los malvados bancos los que paguen el tributo. O los mismos que se manifestaron a las puertas del TS, acusando a los jueces de venderse… a los banqueros. Es como el que rompe una ventana de una pedrada y luego va al dueño de la casa y le dice que tiene que arreglar la ventana. ¡Fantástico!

Y sobre el Popular, la comisión solicita que la Junta Única de Resolución (JUR) inyecte liquidez antes de volver a intervenir un banco, es decir, justo lo contrario de lo que hizo con el 'Popu'. Precisamente, si para algo ha servido la comisión ha sido para constatar, en vivo y en directo, y en sede parlamentaria, la soberbia y la chulería de la presidenta de la JUR, Elke König. Menos mal que la presidenta de la comisión, Ana Oramas, no dejó que se escapara sin antes escuchar una dura reprimenda.