• La 'generosa' dictadura comunista China dejará tener un segundo hijo; y si se pasan, ordenarán abortarlo, como a los 400 millones de niños anteriores.
  • El hecho de que las familias -al poder tener solamente un hijo- prefirieran un varón que una mujer, produjo abortos selectivos por género, niñas abandonadas en orfanatos e incluso infanticidio femenino.
  • Se suma a ésto que debido a la menor cantidad de mujeres, un gran número de hombres existentes no encuentra una esposa.
El Partido Comunista de China después de 36 años de obligar a la población con un férreo control a la política del hijo único, en un alarde de generosidad (nótese la ironía) ha decidido que las parejas puedan tener dos hijos, según la agencia oficial de noticias Xinhua que cita Zenit. Desde el inicio de la restricción, muchas voces se levantaron contra este decreto, por violar los derechos humanos y reproductivos. Los católicos en China ha sufrido directamente esta legislación comunista, que produjo al menos 400 millones de abortos. Se da la circunstancia de que en la cultura china, los hijos varones se ocupan de los padres en la ancianidad. Lo que dio como resultado que al poder tener solamente un hijo, muchas familias prefirieran un varón antes que una mujer, lo que produjo abortos selectivos por género, niñas abandonadas en orfanatos e incluso infanticidio femenino. Se suma a esto que debido a la menor cantidad de mujeres, un gran número de hombres existentes no encuentra una esposa. Además, la política del hijo único fue impuesta por la fuerza en China, con equipos móviles que realizaban abortos en furgonetas a lo largo del país. Esto produjo auténticos dramas, como los que recoge Aciprensa. Desde la década de 1980, Steve Mosher (actualmente presidente del Population Research Institute-PRI) ha sido uno de los más profundos investigadores y críticos de la política del hijo único de China. Las madres, relató en una ocasión, "lloraban pidiendo misericordia y rogando por sus hijos a punto morir o que fallecían delante de sus ojos apenas extraídos de sus vientres". El presidente del PRI indicó que "ahora a las parejas se les permite tener un segundo hijo. Pero no esperen que se detenga ahí. Un gobierno empeñado en controlar la fertilidad de su pueblo hará lo que sea necesario para producir el número de niños que crea necesario". El resultado del decreto del dictador Deng Xiaoping, impuesto por la fuerza, fue que la tasa de fertilidad del país es de 1.8 hijos por mujer, entre las más bajas del mundo, por debajo del 2,1 por ciento necesario para mantener el reemplazo generacional. El propósito de esta nueva medida, explicó la agencia del gobierno, es "mejorar la estrategia de desarrollo poblacional", así como "realizar acciones para lidiar con el envejecimiento poblacional". José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com