Después de varios meses sin cobrar la prestación -publica La Razón- Sandra, de 31 años, acudió a la oficina del SEPE donde descubrió que las notificaciones las estaban enviando a una dirección inexistente; la calle Covid-19. “Le expliqué -al funcionario- que no había recibido ninguna notificación y que si me habían enviado alguna posterior tampoco me había llegado. Le pedí que me imprimiera una copia de la carta que nunca recibí. Al leerla me quedé alucinada, la dirección a la que me la habían enviado era: calle Covid-19 número 1. No sabía si llorar o reír”, confiesa Sandra.

“¿No tendrá roto el buzón?”

El funcionario que la atendió, evidentemente, “no sabía dónde meterse. Dijo que el problema era mío que, si tenía el buzón roto o que, seguramente, me había cambiado de domicilio y no lo había notificado. Le expliqué que eso es imposible porque llevo 30 años viviendo en la misma casa. Fue muy borde y me reconoció que están saturados, pero no me pidió disculpas ni me dio ninguna explicación de por qué habían puesto esa dirección falsa”. Lo que le aconsejó el administrativo fue acudir a la ventanilla de desempleo para cambiar sus datos y que se aclarara la situación. Sobre el hecho de no haber cobrado las anteriores prestaciones le detalló que, ahora, lo que se está haciendo es pagar a dos meses vista. “Al parecer es algo que hacen desde septiembre, pero nadie avisa y esto es de locos. Yo, por suerte, no tengo hijos ni personas a mi cargo, pero para aquellos que tienen facturas que pagar cada mes no es justo que les hagan los pagos de los ERTE sin un criterio claro. No saber cuándo vas a cobrarlo es angustioso”, reconoce.

Un ejemplo más del caos de los ERTE y otras ayudas gestionadas por el Gobierno Sánchez