• El jefe de Gabinete de la presidenta brasileña, Aloizio Mercadante, y el ministro de Comunicaciones, Edinho Silva, han sido vinculados al escándalo de corrupción de la estatal Petrobras.
  • Mercadante y Silva han negado reiteradamente haber cometido delitos.
  • Pero el Partido de los Trabajadores (PT) de Dilma Rousseff sigue tocado.
En Brasil, el escándalo de corrupción en Petrobras no cesa. Se trata del caso que ha llevado al arresto de decenas de empleados de grupos de presión y ejecutivos de compañías de ingeniería acusadas de formar un cártel para manipular los precios e inflar el valor de contratos con la petrolera estatal, a fin de enriquecerse ellos y a los políticos, en su mayoría miembros del Partido de los Trabajadores (PT) en el poder. Lo último es que la Corte Suprema de Brasil ha autorizado a los fiscales para que investiguen a dos ministros cercanos a la presidenta Dilma Rousseff por supuestamente recibir fondos ilegales para la actividad electoral, recoge Reuters de medios brasileños. Se trata del de Gabinete de Rousseff, Aloizio Mercadante, y del ministro de Comunicaciones Institucionales, Edinho Silva, que han sido vinculados al escándalo por uno de los ejecutivos arrestados en el caso, el jefe de la firma de construcción UTC Engenharia, Ricardo Pessoa. Pessoa testimonió que parte del dinero resultante de la sobrevaluación de proyectos de Petrobras fue donado a las campañas de varios políticos, incluyendo a la de Rousseff. De hecho, Edinho Silva fue tesorero de la campaña de la actual mandataria. No obstante, tanto Mercadante como Silva han negado reiteradamente haber cometido delitos. Pero lo cierto es que el avance de las investigaciones seguirá perjudicando a Rouseeff, que no está entre las decenas de políticos indagados por recibir sobornos pero que ha sufrido una brusca caída de su popularidad como resultado del escándalo y del estancamiento de la mayor economía de Iberoamérica. José Ángel Gutiérrez joseangel@hispanidad.com