• Pero valora positivamente que el Consejo de Administración del banco portugués para levantar el veto del 20% en los derechos de voto.
  • Esa fue la razón por la que no siguió con su OPA: de poco sirve una mayoría (44,1%) si no se puede gobernar una entidad.
  • Pero no es el único obstáculo porque no frena las maniobras de la empresaria Isabel Dos Santos, hija del presidente angoleño.
  • Caixabank espera y, según los pasos que se den, decidirá. En bolsa, que mira a corto, el valor sube más del 6%.
Se impone la cautela en lo que pueda hacer Caixabank en del Banco Portugués de Inversiones (BPI). La entidad ha valorado positivamente, como era de esperar, que el Consejo de Administración del BPI, en el que es principal accionista, con el 44,1%, haya propuesto el cambio de estatutos respecto al límite del 20% en los derechos de voto. Y eso es positivo, básicamente, porque acabaría con el principal obstáculo por el que Caixabank no siguió adelante con su OPS sobre la totalidad de la entidad lusa. Como ya les contamos julio, cuando se encontró con el rechazo de la junta general a ese cambio estatutario, de poco sirve tener la mayoría de un banco si eso no se traduce en el mando de gobierno. El presidente, Isidro Fainé, lo ha vuelto a decir en la última presentación de los resultados. Pero una cosa es que el paso sea positivo, y otra que Caixabank tenga una decisión tomada al respecto. Nada más lejos. Se impone, como quien dice, la paciencia, que es lo contrario a la precipitación. Es un paso importante, pero no el único que tiene que dar BPI para que vuelva a apetecer a Caixabank. Tengan en cuenta que la entidad española apuró los plazos hasta el final para alcanzar un acuerdo con la empresaria angoleña Isabel dos Santos, segunda accionista del BPI, con el 18,6%, además de hija del presidente de Angola, Eduardo dos Santos. Con ese porcentaje, paradójicamente, la empresaria tenía prácticamente los mismos derechos de voto que Caixabank. Finalmente, el desblindaje de los derechos de votos no fue posible porque el cambio en los estatutos fue rechazado por el 52,49% de los accionistas en la junta de julio, cuando era necesario el apoyo de una mayoría cualificada (75%). Ese problema, en consecuencia, puede volver a plantearse perfectamente y en los mismos términos. Sí parece, a juzgar por el comunicado de BPI, que el banco portugués se toma más en serio que están cambiando algunas cosas. Tiene en cuenta ahora que esa limitación de voto podría condicionar el papel de los actuales accionistas del banco tras los bailes en el sector financiero portugués. Pongan ahí la delicada situación del rescatado Novo Banco o que el Santander Totta es ya el segundo banco privado de Portugal tras adquirir el negocio de Banco Banif. En la nota a la CNMV de Caixabank se deja claro también que "no ha tomado ninguna decisión" sobre su participación en BPI, y que no sólo espera al resultado sobre el límite en los derecho de votos, sino también a "otras circunstancias que puedan ser relevantes". Y entre esas circunstancias pueden poner, por ejemplo, que el BPI solucione otros problemas como el elevado riesgo que tienen en África. Y eso pasa por la segregación de los activos en Angola y Mozambique. Es uno de los puntos del conflicto. Isabel dos Santo hace valer que la mayor parte de los beneficios de BPI proceden de su filial Banco de Angola, en el que la empresaria tiene el 49%, y Caixabank tiene en cuenta que el banco luso pierde dinero en Portugal y que la filial angoleña gana pero con unos riesgos desmedidos que hay que cubrir. Dependiendo de los pasos que se de el BPI, las opciones para Caixabank también varían. Podría replantearse la OPA, del mismo modo que podría reducir su participación del 44,1% a una inferior para no hacerlo, o vender -mal momento- todo lo que tiene en BPI. El mercado cree que aumentan las posibilidades de una OPA y por ese motivo Caixabank se dispara un 7% en bolsa. ­Rafael Esparza rafael@hispanidad.com