Pablo Hernández de Cos insiste en la necesidad de aumentar provisiones, pero los bancos no le hacen ni caso
Comparecencia maratoniana -más de cuatro horas y media- del gobernador del Banco de España, este lunes, en la Comisión de Asuntos Económicos del Congreso. Dos ideas fuerza de cara a la crisis económica provocada por el confinamiento de la población: hay que reducir el gasto público y las medidas de choque aprobadas para apoyar a pymes y familias deben ser temporales.
Son dos bofetadas de Pablo Hernández de Cos al Gobierno social-comunista de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, cuya hoja de ruta, además de mantenernos encerrados en casa hasta finales de junio, se resume en más gasto público -lo que significa más impuestos- y subvenciones permanentes a los más vulnerables -que lo son gracias al Gobierno-, lo que implica exactamente eso que están pensando: más impuestos todavía.
Las previsiones han empeorado y el panorama es desalentador. Según Hernández de Cos, la economía española no caerá un 6% en 2020, sino entre un 9,5% -el cálculo más optimista- y un 12,4%. Además, la actividad no se recuperará antes de 2022, y presentará crecimientos entre el 6,1%y el 8,5%. Ahora bien, lo más importante no es la gravedad de la crisis sino las medidas para salir de ella.
Y ahí es donde el gobernador parece alinearse con las medidas económicas de Vox que expuso, hace una semana, el diputado Rubén Manso ante la ministra Nadia Calviño en esta misma comisión parlamentaria. Hernández de Cos, por ejemplo, ha mencionado, como Manso, la necesidad de reducir el gasto público “superfluo”. Toda una declaración de intenciones.
El mensaje del gobernador se resume, pues, en: menos gasto público y ayudas económicas sí, pero sólo mientras dure la pandemia. Le ha faltado apoyar más explícitamente la creación de empleos públicos en lugar de dar subvenciones a troche y moche.
Y no, Hernández de Cos no ha apoyado la subida de impuestos, sino equiparar la eficiencia de la Hacienda española con sus homólogas europeas: “La mejora de su capacidad recaudatoria y su eficiencia también debería ser una prioridad”, ha señalado. En otras palabras, que con los mismos impuestos se recaude más dinero.
La nota de color la ha puesto el diputado de Podemos, Txema Guijarro, que ha aprovechado para intentar justificar la metedura de pata del ministro Alberto Garzón, cuando aseguró que el turismo es un “sector de bajo valor añadido, estacional y precario”. Ante las críticas recibidas, fue el propio Garzón quien intentó matizarlo, horas después, en una entrevista en La Sexta. Al parecer, se estaba refiriendo a cuestiones macroeconómicas y lo que dijo -o quiso decir- es que el coronavirus era la ocasión idónea para “reforzar el conjunto del sector turístico”. Pues ahora resulta que tampoco quería decir eso. Según Guijarro, lo que quiso decir el ministro de Consumo es que hay que diversificar la economía española porque depende demasiado del turismo.
La cantidad de cosas que dijo Garzón en una sola frase. En dos palabras: im-presionante.