- Si no acude al canje tendrá el 2,55% de los derechos políticos, pero el 0,6% de los derechos económicos.
- Si acude se queda con el 1,4% de los derechos políticos.
- En cualquier caso, Benjumea no puede impedir la nueva Abengoa.
- Esta situación abre la puerta a un acuerdo de compra de las acciones de Inversión Corporativa.
- De esta forma, los Benjumea desaparecían para siempre jamás de Abengoa.
Felipe Benjumea (
en la imagen) tiene un debate entre lo malo y lo peor, que es lo más parecido a no tenerlo, con relación al
canje de las acciones A y B de Abengoa, según la propuesta que se aprobará en la
junta extraordinaria del 22 de noviembre.
Todo medido a través de la sociedad
Inversión Corporativa (IC), con la que la familia del empresario sevillano ha controlado la sociedad junto a otros socios. Y todo también después del criterio aplicado en la
homologación judicial del proceso de restructuración (acabó con las reclamaciones al acuerdo, también de Felipe Benjumea).
Haga lo que haga Felipe Benjumea o
IC, sin embargo -es decir, acuda o no al canje de acciones-, una cosa está clara: no le servirá de nada. Y a partir de ahí, una aclaración inevitable:
el tiempo juega en su contra porque sólo puede empeorar el porcentaje final con el que quede en Abengoa: el máximo es del 0,6% de los
derechos económicos.
Dicho muy rápido: si no acude al canje, tendrá el 2,55% de los
derechos políticos, pero el 0,6% de los
derechos económicos. Y si acude al canje, que es lo más probable, tendrá el 1,4% de los derechos políticos, que tampoco le servirán de nada.
El punto de partida está en el control de las acciones A y B que tienen ahora.
En cualquier caso, el canje de las acciones no es un impedimento para poner en marcha el
plan de salvación de Abengoa. En otras palabras, el mismo que supone el entierro de la
vieja Abengoa y el nacimiento de la nueva. El plan seguirá adelante en cualquier caso.
Y otra cosa es que la cotización actual de las acciones A y B no cuadra el canje porque no cubre los precios, aunque no es el único criterio para hacer el canje. Se han tenido en cuenta más variables. Pero así las cosas, la situación abre la puerta a un acuerdo de compra de las acciones de IC, con lo que
la familia Benjumea desaparecía para siempre jamás del grupo tecnológico andaluz.
Rafael Esparza