• Ambas sociedades crearán una sociedad instrumental para pujar y no trocear Abertis. No lo duden: acabarán por trocearla.
  • ¿Dos gallos en el mismo corral? Florentino no aceptaría órdenes de los Benetton, ni al revés.
  • El interés público queda supeditado al interés privado y la 'marca España', más desprestigiada.
Las quinielas ya han comenzado después del visto bueno de la CNMV a la OPA de ACS, pero si hay acuerdo entre Florentino Pérez y Atlantia no habrá guerra de opas, sino reparto de activos. Está sobre la mesa llegar a un acuerdo en ese sentido, todavía no concretado pero sí apalabrado. El cambio de estrategia, por tanto, es notable, aunque el Gobierno se ha desmarcado de cualquier pronunciamiento al respecto. Es decir, acepta que haya un acuerdo y no lo vetará, a pesar de sus resistencias al troceo de la sociedad, lo cual es tanto como decir vaya usted a saber. Para sortear ese obstáculo, la fórmula ingeniada es una sociedad conjunta de españoles e italianos o lo que es lo mismo: la presentación de una oferta pactada entre los dos, creando para ello la sociedad instrumental necesaria. Al vaya usted a saber se incorpora entonces una convicción creciente: de guerra de opas, nada. Eso es lo que esperaban los expectantes inversores (sobre todo fondos), pero, tras el anuncio de negociaciones, se frenó en seco. La cotización bajó de 19,4 a 18,6 euros y en esa senda sigue. Pero de ahí a pensar que dos gallos sigan cantando en el mismo corral va un trecho. Uno no se imagina a Florentino Pérez (en la imagen, entre Francisco Aljaro, de Abertis, y Giovanni Castellucci, de Atlantia) aceptando órdenes de los Benetton, ni a los italianos de Oh capitán, mi capitán. La presentación de una oferta a través de sociedad conjunta durará lo que dura, pero ¿con temple de permanencia? Cuesta creerlo. La realidad, en cualquier caso, prueba una realidad irrefutable: el Gobierno ha claudicado en la defensa del interés público, vencido por el interés económico de dos grupos privados. En suma, en poder político se ha rendido al poder económico. El primer paso, en ese sentido, fue la renuncia a un recurso contra la CNMV, porque según fuentes gubernamentales el informe de la Abogacía del Estado decía que no era pertinente demandar al regulador, pero su presidente, Sebastián Albella, ha aguardado a tomar una decisión hasta estar seguro. El segundo paso, que Moncloa tampoco pondrá pegas al acuerdo de Atlantia y ACS, lo cual confirma el pitorreo de pactar un resultado del partido sin jugarlo. Ni habrá mejora de las opas ni perrito que ladró: harán, a pechas, lo que más les convenga. Salvado el obstáculo de Hispasat, pesará el incierto destino sobre el resto de activos, como Cellnex, que sí interesa a Atlantia, para sacar financiación con ese activo para el resto de la operación. ¿Dónde cotizará Abertis? En España, lo cual parece bastarle al Gobierno. El resto, lo mollar, está por desvelar, mientras encalla el prestigio de la Marca España, algo impensable en Francia o Italia. Rafael Esparza