El voto católico sí existe: se llama Vox. Y, además, influye en el resto
Decía Pedro Arriola, el gran gurú del PP, que el voto católico no existe. Aznar y Rajoy le compraron la mercancía y ambos despreciaron el voto católico y, con él, el voto en conciencia y en coherencia.
Lo contrario del progresismo no es lo ultra, lo contrario del progresismo es el cristianismo
Pero sí que existe y, lo que es más significativo, influye en el voto progre, que son todos los demás: PSOE, PP, Ciudadanos y Podemos. Se ha visto desde que ha surgido una bandera que, a veces sin querer, ha recogido los principios cristianos de vida, familia, libertad de enseñanza, respeto a la Iglesia de Roma, confesión mayoritaria, y orientación al bien común -que no al Estado, pues son cosas distintas-… y los ha vuelto a poner sobre la escena pública.
El debate femenista: PSOE y PP (Montero y Pastor) contra Vox (Monasterio). Sánchez lanza una agresiva campaña contra la ultraderecha: no le quitará votos pero puede despertar a muchos sobre la estafa progre
Y es que la llegada de Vox, que no es ultraderecha sino voto católico, ha convencido a muchos de que el voto en conciencia no es un voto tirado a la basura. Piensen que, a pesar de la crisis que actualmente vive la Iglesia, probablemente terminal, la más profunda de toda la historia, el 67% de los españoles se siguen confesando cristianos.
Así, cuando alguien les ha recordado en qué consiste (a pesar de que Vox lo ha hecho mal, a trancas y barrancas) han descubierto que sí existe una alternativa a votar, o bien progresismo de izquierdas (PSOE y Podemos) o bien progresismo de derechas (PP y Ciudadanos).
Nuevamente, las orientaciones de los obispos españoles ante el 10-N divagan mucho y orientan poco
Ahora mismo, muchos españoles están perdiendo el miedo a votar según sus principios y no según la curiosa ecuación de futuro (casi nunca se cumple) de, voto a uno para que no gane el otro. Este ha sido el voto favorito al PP: voto a Casado para que no gane Sánchez.
Pero ojo, también a Sánchez le preocupa, y mucho, el despertar del voto católico que supone Vox: si la gente empieza votar en conciencia y en coherencia está listo el de Moncloa: todo el entramado progre, la gran estafa progresista, se tambalearía, también el voto de izquierda.
Si llevas años diciendo que defender la vida del más inocente y más indefenso de todos los seres humanos, el concebido y no nacido, es fascismo y surge una alternativa que dice que no, que lo inhumano y ultra es el aborto… mucha gente se anima a votar a Vox: descubre que la formación de Abascal no es fascista, sino cristiana… como el mismo votante.
Debate en La Sexta: mujeres comportándose como varones… para defender a la mujer
Cuando mucha gente cae en la cuenta de esto, es cuando el POSE y el PP, al alimón, en la última recta de campaña, lanzan un ataque virulento y un pelín vitriólico contra el voto a Vox. Y en las encuestas, sobre todo en las encuestas ocultas, Vox vuelve a ser la gran incógnita: ningún experto se atreve a predecir cuál va a ser su resultado.
Y entonces llega el debate de mujeres de La Sexta, cuyas participantes -y participantas- cayeron en la trampa eterna del feminismo: pretender comportarse como varón para defender a la mujer.
Mientras, los obispos españoles dan orientación de voto para el 10-N… que no orientan a nadie porque exigen interpretación previa. Menos mal que se trata de unas elecciones clave para los católicos españoles. Y en verdad lo son. ¿Que la Iglesia no tiene que decir a quién votar? Sí, pero cuando existe una estafa progre tan patente, lo que tampoco puede es elaborar una hoja de orientación cara al 10-N y no aclarar que el progresismo es visceralmente anticristiano… sea de izquierdas o de derechas.
¿O es que alguien no ha entendido el texto? Bueno, a lo mejor lo ha entendido pero seguro que no lo ha comprendido.
El voto católico sí existe y, además, influye. Por eso Vox se ha vuelto a convertir en la incógnita de estas elecciones y por eso Sánchez se desgañita contra la “ultraderecha”, ¡oh sí! Si lo ultra es marginal, y si Vox no le va a hacer perder ni un solo voto a su izquierda progresista, ¿por qué le preocupa tanto?
Lo contrario del progresismo no es lo ultra, lo contrario del progresismo es el catolicismo.