• Ahora resulta que el calentamiento global provocará millones de casos de malaria.
  • Y el presidente del país más contaminado del planeta, Barack Obama, se disfraza de verde.
  • Eso sí, todos bramamos contra el calentamiento global pero no abandonamos el coche ni el aire acondicionado.
  • Mensaje de fondo: no prescinda usted ni del coche ni de la calefacción, prescinda de sus hijos.  
Estamos en vísperas del aquelarre de París contra el cambio climático. El presidente norteamericano, Barack Obama, el verde, protagoniza numeritos contra el cambio climático mientras continúa presidiendo uno de los países más contaminantes del planeta tierra. Todos bramamos contra el calentamiento global pero no abandonamos el coche ni el aire acondicionado porque somos más comodones que ecologistas. Los gringos son muy egoístas y han decidido una orden o jerarquía de valores: primero no pasar hambre ni frío, luego ser ecologistas cantidad. En el entretanto, una experta del Banco Mundial (en la imagen) nos advierte que, o ponemos remedio de inmediato al calentón atmosférico, o habrá más de 100 millones de afectados por la malaria… por mor del cambio climático. La experta no nos ha dejado clara la relación causa-efecto pero eso no importa porque lo que precisamente se ha roto es la cadena de racionalidad que se rompe en el instante mismo en el que dejas de ser razonable. Ya sólo nos queda que, antes de la muy global Conferencia de París, alguien nos informe de que el cambio climático ha producido una epidemia de mal de ojo, que solo se podrá combatir cerrando, por ejemplo, las centrales nucleares (que, en nada contribuyen al calentamiento global, dicho sea de paso). Está claro, no sufrimos calentamiento global sino calentamiento mental, que es mucho más peligroso, contaminante y hasta letal: mata el cerebro y el corazón. Creo que por ese orden pero no estoy seguro. Se lo preguntaré a un experto del Banco Mundial. Seguro que me contesta que, para luchar contra el cambio climático, no hay que prescindir del coche ni de la calefacción sino de los hijos. Bien sabido es que la especie más contaminante, el mayor enemigo de la madre tierra, es el hombre: eliminémosle. No prescinda del coche ni de la calefacción: prescinda de sus hijos. Eulogio López eulogio@hispanidad.com