El economista Niño Becerra asegura que por cada empleo que genera la tecnología destruye otros cinco empleos clásicos.

Debemos utilizarla todo lo que podamos pero sin convertirnos en sus adoradores. Es decir, en sus esclavos

¿Significa esto que debamos convertirnos en tecnófobos? No. Hay que usar la tecnología, toda ella, pero no hay que mitificarla. La tecnología nos hace la vida más cómoda, pero no nos proporciona la felicidad, Ni tan siquiera proporciona un modelo de vida. Es un mero medio, no un fin.
Y mal utilizada, puede convertirnos en sus adoradores. Es decir, en sus esclavos.