Se llama Néstor, venezolano y de 48 años de edad. Repartía alimentos en bicicleta con una mochila de Glovo aunque en ese momento estaba contratado por Deliveroo. Ha muerto atropellado en Madrid.

Son los esclavos modernos, que se ganan la vida de una forma dura y en condiciones laborales pésimas, subarrendados por unos y por otros, e incluso pisándose el contrato por horas, con robo de perfiles informáticos incluidos.

En cualquier caso, un trabajo demasiado duro, producto de un mundo al que le encantan los programas de cocina pero que ha olvidado cómo se cocina.

Los sindicatos insisten en que estas plataformas deberían meter en plantilla, como trabajadores por cuenta ajena, a estos repartidores.

Pues la solución es aquella de la que más huyen los sindicatos: suprimir las cuotas sociales y financiar la Seguridad Social con IVA. De esta forma no habría distinción entre trabajador por cuenta propia y por cuenta ajena. Y habría más trabajadores autónomos, el elemento más libre y más productivo de todos.