Austria marca el camino, el joven canciller Sebastián Kurz ha revalidado su cargo en la elecciones del domingo 29 de septiembre. Ahora es más fuerte que cuando tuvo que aliarse con la extrema derecha (allí sí se puede hablar de extrema derecha): ha vencido a los socialistas, que se hunden, en beneficio de un partido verde que sólo es eso: verde.

En resumen, Austria marca el camino: la izquierda se convierte en progresismo y la derecha en conservadurismo.

Lo malo es que la nueva derecha no siempre defiende sus principios cristianos 

La izquierda ha abandonado la justicia social, su razón de ser, para convertirse en una mezcla de ecologismo e ideología de género: feminismo, homosexualismo, etc… Ahí tienen a Don Pedro Sánchez que se autotitula ante todo, feminista y adalid contra el cambio climático.

A veces, se trata, sencillamente, del nostálgico deseo de que no cambie en exceso nuestro modelo de vida

Vamos con la derecha: lo malo es que la nueva derecha no siempre defiende sus principios cristianos. A veces, se trata, sencillamente, del nostálgico deseo de que no cambie en exceso nuestro modelo de vida. Pero es extraño, por ejemplo, ver a un partido europeo de derechas defender el derecho a la vida del no nacido. Es casi imposible, es más, si defiende al más débil y más inocente de todos los seres humanos, le califican de ultra.