Inmersos en un mundo políticamente correcto las mayores bobadas pasan inadvertidas. Verbigracia. Las proferidas por Javier Maroto, portavoz del PP en el Senado, hombre de confianza de Pablo Casado, ahora más desconfianza que nunca desde que don Pablo ha explicitado su querencia hacia el centro, mismamente hacia el centro… de la nada. El conocido viaje al centro de la derecha española, un revival que vuelve al proscenio cada cinco años, más o menos.

Pues bien, que dice Maroto, el de la moto, que hay que alejarse de Vox porque profiere blasfemias tales como la de afirmar que no hay violencia contra las mujeres por el hecho de ser mujeres, tesis de lo más feminista.

La verdad es que nadie conoce a tantos misóginos que peguen a las mujeres porque no les gusten las mujeres o por el hecho de ser mujer. Generalmente, a quien pegan es a la mujer que tienen al lado, a la suya. En otras palabras, no les pegan por ser mujer sino por ser “su” mujer, especialmente cuando el amor se ha convertido en odio. ¿Y esto no es más grave? Desde luego, pero no les pegan por una pretendida misoginia. Eso es una chorrada.

Es decir, que Vox tiene razón. Además, la única violencia posible no es la violencia física, especialidad masculina.

Pero donde ya se ha coronado Maroto es cuando, para dejar bien claro lo centro-progresista que es él y lo anticuado, reaccionario y machista que es Vox, aseguró que Vox niega la violencia contra la mujer (no lo hace pero lo mismo da) como si “las mujeres violaran a los hombres”. Precisamente, si hay una violencia que Vox no niega y condena con mayor dureza que nadie es la violencia sexual. Ahora bien, lo de que las mujeres no violan a los hombres… Verá señor Maroto, eso de la violanción femenina al varón resulta un poco complicado. Cuando nos veamos se lo explico.  

Por otra parte, el sexo femenino, y en eso no demuestra su inferioridad, si acaso lo contrario, no se caracteriza por sus tendencias violadoras. También porque el sexo masculino, física y psicológicamente, es emisor. Por el contrario, el sexo femenino, física y psicológicamente, es receptor. Condiciones que impone la naturaleza y que, señor Maroto, no implican ni superioridad ni inferioridad. Si acaso, más sensibilidad por parte de la mujer que del varón. Aunque no siempre.

Eso sí, nuestro buen pepero tiene toda la razón: las mujeres no suelen violar a los hombres.