Mario Vaz, CEO de Vodafone España, Serpil Timuray, CEO del Clúster Europeo del que depende la filial española y Margherita Della Valle, CEO del Grupo
El mensaje del consejero delegado de Vodafone España es claro: hay que darle la vuelta a la situación y dejar de perder clientes. Con esta premisa, la operadora prepara una importante campaña comercial en Navidad, uno de los periodos en los que tradicionalmente los operadores son más agresivos en la captación de clientes.
En este contexto, la compañía anunció el lunes el nombramiento de Jesús Suso como director del Negocio de Empresas, en sustitución de Daniel Jiménez, que abandona la empresa. El CEO de Vodafone España justificó así el nombramiento: “Por un lado, dotar de la máxima continuidad al negocio a través de un profesional ya reconocido por su experiencia y con una visión 360 grados del negocio y por otro, asegurar un nuevo impulso en la ejecución de los planes en términos de competitividad y crecimiento”, afirmó Mario Vaz en un comunicado.
No ha sido el único cambio de los últimos meses: Ignacio Román asumió en septiembre la dirección de consumo de particulares en sustitución de Hisham Hendi. Además, tras su nombramiento en abril como CEO de la compañía, Vaz asumió, el pasado 30 de septiembre, la Presidencia de Vodafone España tras la salida del histórico Antonio Coimbra.
Todos estos cambios, como hemos señalado, tienen como objetivo darle la vuelta a la situación comercial. Según la CNMC, Vodafone perdió 465.000 líneas hasta septiembre, de las que 360.000 eran de móvil y 105.000 de telefonía fija.
Sea como fuere, Vaz ya ha puesto en marcha la maquinaria y este martes lanzó ‘Negocio a Medida’, un servicio destinado a autónomos y microempresas.
Mientras tanto, la decisión del futuro de la filial sigue en manos de Serpil Timuray, CEO del Clúster Europeo de la multinacional, que según diversas informaciones, ya habría recibido varias ofertas de fondos, como Zegona. Lo mejor para España, en cualquier caso, sería que no vendiera Vodafone España, y mucho menos a un fondo sin proyecto industrial y con un único objetivo: rentabilizar cuanto antes su inversión.