La puesta en escena de Pedro Sánchez inaugurando este jueves un encuentro organizado por Amazon Webs Services, filial del gigante creado por Jeff Bezos, no es un hecho aislado. Desde que llegó a La Moncloa, y especialmente durante este año 2022, el presidente del Gobierno se ha reunido con los principales directivos de las grandes tecnológicas del planeta, todas ellas alineadas con el Nuevo Orden Mundial (NOM).

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Sánchez saludando a Javier Oliván, número dos de Meta (Foto: Pool Moncloa/Fernando Calvo)

Así, el 15 de marzo, Sánchez recibió al director de Operaciones de Facebook (ahora Meta), el español Javier Oliván y dos semanas después, el día 28, mantuvo una reunión con el CEO de Google, Sundar Pichai. Siguiendo el orden cronológico, el 27 de mayo Sánchez recibió a uno de los filántropos más siniestros de la historia, el creador de Microsoft, Bill Gates.

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El presidente conversa con Sundar Pichai (Foto: Pool Moncloa/Borja Puig de la Bellacasa) 

Nada se conoce del verdadero contenido de esos encuentros, como tampoco de los últimos, mantenidos con el presidente y CEO de Cisco Systems, Chuck Robbins -jueves 10 de noviembre-, y con el director ejecutivo de Ericsson, Börje Ekholm -martes 22-. Por cierto, el encuentro con Robbins estuvo precedido de una videollamada entre ambos, el miércoles día 2.

Todo esto no es baladí, como tampoco lo es que, en el último momento, por la puerta de atrás y con motivo de una enmienda al impuestazo a la banca, el Gobierno haya beneficiado a Netflix, HBO y Amazon, que a partir del 1 de enero podrán duplicar la deducción fiscal por cada capítulo de una serie o por cada película que graben en nuestro país.

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Sánchez, encantado de hablar con Bill Gates (Foto: Pool Moncloa/Fernando Calvo)

Sí, don Pedro está vendiendo España a las grandes tecnológicas, a las que promete el oro y el moro gracias al dinero de los contribuyentes, y miren por dónde, todas ellas en la órbita de George Soros, otro de los filántropos más siniestros de la historia, para el que trabajó Sánchez al inicio de su carrera política. No, no es casualidad, ni mucho menos, porque Sánchez es una marioneta del entramado Soros, y no solo en el plano económico. Lo que une con más fuerza al presidente y a Soros es su cristofobia, su determinación a la hora de atacar al cristianismo y a todo aquel que profese la Fe católica, empezando por los propios católicos, naturalmente.

Por cierto, nuestro presidente -¡mecachis, qué guapo soy!- sale mucho mejor en las fotos que Soros.

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Pedro con Chuck Robbins (Foto: Pool Moncloa/Fernando Calvo) 

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El presidente conversa con Börje Ekholm (Foto: Pool Moncloa/Fernando Calvo)