El BCE anunció este jueves una nueva subida de tipos de interés, esta vez del 0,5% -frente al 0,75% de las dos veces anteriores-, hasta situarlos en el 2,5%, el nivel más elevado desde finales de 2008, pero seguirán subiendo durante los próximos años. Todo esfuerzo es poco para reducir la inflación en la Eurozona, que en noviembre se situó en el 10%. Y un día antes, conocíamos que la FED había subido el precio del dinero hasta el 4,5.

El objetivo sigue siendo el 2%, y para alcanzarlo “los tipos de interés tendrán que incrementarse aún significativamente a un ritmo sostenido”, afirmó el BCE en un comunicado. “La partida va a ser larga”, aseguró Christine Lagarde durante la rueda de prensa.

Ahora bien, ¿qué están provocando el BCE y al FED con las subidas de tipos? Porque encarecer el precio del dinero cuando hay crisis de demanda está bien, porque se trata ralentizar la economía para bajar los precios para animar el consumo. Ahora bien, si se trata de una crisis de oferta, la subida de tipos puede tener un efecto perverso y peligroso: llevarnos a la estanflación, esto es, a un escenario de precios elevados pero con crecimiento negativo de la economía. Las crisis de oferta son más peligrosas y más difíciles de corregir que las de demanda, y no está claro que la actual sea de demanda.

Sea como fuere, el BCE seguirá subiendo los tipos durante los próximos meses y años, ya que no prevé que la inflación se modere antes de 2026. Concretamente, será del 8,4% en 2022, del 6,3% en 2023, del 3,4% en 2024 y del 2,3% en 2025.

La segunda decisión anunciada este jueves no es menos relevante: a partir de finales del primer trimestre de 2023 dejará de reinvertir la deuda, tanto soberana como corporativa, que venza, a razón de unos 15.000 millones mensuales, hasta finales de junio, momento en el que analizará futuras reducciones de balance.

El Ibex, que ya había descontado la subida de tipos de hoy, ha cerrado con una caída del 1,7%, con el BBVA a la cabeza, con un descenso del 3,6%.