Parece que las energías renovables saldrán aún más caras a España. Y es que a la deuda que generó el elevado déficit de tarifa (que llegó a casi 30.000 millones de euros, conlleva pago de intereses y no acabaremos de liquidar hasta 2028) y los laudos que surgieron al recortar las generosísimas primas a las energías verdes que dio José Luis Rodríguez Zapatero, ahora se podrían sumar nuevos embargos.
Los fondos de inversión -tanto los que promovían proyectos de renovables como los que han comprado a otro la deuda correspondiente a un laudo- no están dispuestos a rendirse… y como nuestro país no paga las indemnizaciones que se le reclaman, han vuelto a pasar a la acción. A través del Tribunal Federal del Distrito de Columbia (EEUU) han pedido información sobre bienes, cuentas, contratos, activos, deudas y empresas que tengan al Estado en su capital… para ver si pueden ser objeto de embargo. Cuidado, porque en el caso de las compañías con el Estado como accionista, no sólo podría afectar a las que son 100% públicas (SEPI, Renfe, Enaire, Ineco, Paradores, Instituto Cervantes…) sino también a algunas privadas, como: AENA, Indra, Telefónica, Redeia o Enagás.
Cabe recordar que los embargos empezaron en los últimos años en EEUU, Australia, Reino Unido y Bélgica. Entre los activos embargados hasta el momento figuran cuatro cuentas bancarias (en el Banco Santander) del Estado español, en concreto pertenecientes al Instituto Cervantes; la sede de dicho Instituto en Londres, así como el edificio de la Escuela Internacional Vicente Cañadas, la oficina británica de promoción económica de la Generalitat de Cataluña, el derecho de cobro de la indemnización del Prestige y hasta un bono de deuda... Claro que lo que hizo temer de verdad a los medios diplomáticos y jurídicos de nuestro país fue la posibilidad de que se embargara el avión de Pedro Sánchez cuando viajó a la 80ª Asamblea de la ONU el pasado septiembre.
Y en paralelo, en el II Observatorio de la Energía de El Español, Rafael Esteban, director global de Desarrollo de Negocio de Acciona Energía, ha advertido que “hemos llegado a un punto donde las renovables, en vez de desplazar al carbón, están canibalizando a las propias renovables”, pues la generación ha crecido a un ritmo superior a la demanda, la cual se mantiene estable. De esta forma, cada proyecto fotovoltaico que entra en funcionamiento no quita consumo de energía térmica, sino que “quita precio y pone congestión en el sistema. No está ayudando a la descarbonización” y encima hay vertidos porque la demanda no ha aumentado igual que la oferta.
Un contexto que está llevando a que algunos se lo piensen dos y tres veces a la hora de hacer inversiones. A pesar de todo ello, Esteban sigue defendiendo la electrificación, pero siempre y cuando haya un equilibrio entre oferta y demanda.












