La producción industrial cayó un 0,8% en 2023, según datos publicados este miércoles por el INE, tras desplomarse un 4% en diciembre, respecto al mismo mes de 2022. Sin duda, un mal dato que muestra la desindustrialización que sufre España desde hace años.

Efectivamente, en 2022 la producción industrial aumentó un 2,4% y en 2021, un 7,1%, pero fue como reacción al desplome sufrido en 2020 (-9,2%), provocado por el cerrojazo forzoso decretado por el Gobierno con motivo de la pandemia. Una vez superado ese espejismo, el indicador, uno de los más importantes de la economía, ha caído un 0,8%, un retroceso que no se veía desde 2013, cuando cayó un 1,7%.

Según el INE, la energía (-4,3%), los bienes intermedios (-2,8%), los bienes de consumo duradero (-2,4%) y los bienes de consumo no duradero (-0,3%), fueron los que cayeron, frente a los sectores de bienes de equipo, que la aumentaron un 4,5%.

Por ramas de actividad, la industria de la madera y el corcho (-12,8%), la confección de prendas de vestir (-10,8%) y las artes gráficas (-10,2%), fueron las que más cayeron. Por el contrario, las que más aumentaron fueron la fabricación de otro material de transporte (+11,3%), la fabricación de vehículos de motor (+10,8%) y otras industrias extractivas (+7,8%).

“La economía española va como una moto”, afirmó Pedro Sánchez este miércoles durante la sesión de control, en el Congreso. Va a ser que no, presidente.