Se puede decir que los resultados de 2023 de OHLA, publicados este jueves, son buenos: ganó 5,5 millones de euros, frente a las pérdidas de 96,8 millones de 2022. Las ventas aumentaron un 9,3%, hasta los 3.131,5 millones y el Ebitda escaló un 22,9%, hasta los 126,1 millones.

Tanto Construcción como Industrial aumentaron sus ingresos, pero el negocio que más creció fue Industrial con un aumento de la facturación del 57%, hasta los 205,1 millones. Construcción, que sigue siendo el negocio principal del Grupo con mucha diferencia, aumentó la facturación un 7,1%, hasta 2.902,7 millones.

En cuanto a la cartera, aumentó un significativo 21,3% y alcanzó los 7.781,5 millones de euros, de los que 6.737,4 millones son a corto plazo (+13,7%) y 1.044,1, a largo (+113%).

Todo esto está muy bien, pero habría estado mucho mejor si la deuda no hubiera aumentado, como ha sucedido. La deuda financiera bruta con recurso al accionista cerró el año en los 522,6 millones, frente a los 467,6 millones de 2022. El ratio de apalancamiento, sin embargo, descendió hasta situarse en 3,8 veces Ebitda, frente al 4,1 veces de 2022. Eso sí, el dato de 2023 incluye el Ebitda de Servicios, actualmente en venta.

Esa es, precisamente, la clave para este 2024: las ventas pendientes para reducir la deuda. Hablamos, principalmente, del área de Servicios y del 50% de Canalejas, en Madrid.

Sea como fuere, los inversores no se terminan de fiar del cambio de rumbo, cambio positivo, desde que los hermanos Amodio le compraron la totalidad de la compañía a los Villar Mir. Y es que la cotización de OHLA sigue en mínimos desde 2021, aunque durante la mañana de este jueves sube más de un 1%. OHLA vale en bolsa 228 millones de euros, frente a los 265,7 millones de diciembre de 2023 y los 603 millones de 2021.