Edouard Fernandez-Bollo explica muy bien las cosas y no se anda con rodeos
Se habla mucho de la morosidad bancaria pero muy poco de los instrumentos de medición del riesgo que utilizan las entidades a la hora de conceder créditos. Pues bien, ahora resulta que esos instrumentos se han quedado obsoletos y no cumplen su función, al menos en buena parte de las entidades europeas.
Así lo ha explicado este jueves Edouard Fernandez-Bollo, miembro del Consejo de Supervisión del BCE, durante el XVIII Encuentro del Sector Financiero, organizado por Deloitte y el ABC. El ejemplo no puede ser más ilustrativo: la probabilidad de impago que otorgan dos tercios de los bancos europeos a las empresas hoteleras que solicitan un préstamo es actualmente inferior a la de 2019.
¿Cómo puede ser esto? Fernandez-Bollo ha explicado que no se debe a malas prácticas, ni mucho menos, sino al hecho de que los modelos de medición, que tienen en cuenta los dos últimos años, no tienen en cuenta las ayudas públicas concedidas por el Covid. En otras palabras, no tienen en cuenta que las empresas, como la economía en general, están anestesiadas y por eso no han mostrado ningún impago desde los últimos dos años, pandemia incluida.
Lo mismo sucede, aunque en menor escala, con sectores como el automóvil, los viajes o las aerolíneas.
La cosa puede ser seria. “Se podría estar acumulando de forma ignota los créditos morosos del mañana”, ha alertado el alto funcionario.
Otro de los asuntos tratados ha sido la regulación asimétrica que existe entre los bancos y las fintech, y que el miércoles criticó el consejero delegado del Santander, José Antonio Álvarez. Fernandez-Bollo le ha dado la vuelta al asunto y ha asegurado que la regulación es buena para los bancos porque da confianza a los clientes. Solo faltaba que diera desconfianza.
Don Edouard no ha querido entrar en si es injusto para los bancos que compiten con las fintech. Además, el BCE no ha constatado, hasta el momento, que la menor regulación haya proporcionado más rentabilidad a las fintech.
Concluyendo: queridos bancos, perded toda esperanza. Seguiréis más regulados que las fintech.