La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, quiere eliminar el dinero físico, dentro del proyecto de euro digital. Asegura que así se podrá luchar mejor contra el blanqueo de capitales o contra el fraude fiscal. Está claro: siempre que alguien utiliza un procedimiento digital está dejando una huella, lo que significa que el mundo digital ha disparado el número de delincuentes así como la posibilidades de la policía para perseguirlos. 

Ahora bien, todo lo que el euro digital y la consiguiente -aunque no debería ser tan consiguiente- desaparición del dinero físico conlleva supone tener controlada a la población, la intimidad deja de existir.

Y no entremos en el añadido al euro digital, es decir, en la posible desaparición de la banca privada y con un sólo banco, público, emergente. Eso es monopolio y control pero ahora mismo, lo preocupante es lo otro: la invasión de la intimidad por parte de un euro digital controlado por el Estado y los bancos centrales. 

Vox ha respondido que los españoles tienen derecho a utilizar billetes y monedas "si les da la santa gana”. ¡Bien por Vox!