La filial más importante que tiene Google en España es Google Spain, pero contablemente en nuestro país solo registra los ingresos por prestar servicios de soporte y marketing a Google Ireland y servicios de investigación y desarrollo a Google LLC.

En otras palabras, el gigante norteamericano, que tanto presume de apoyar la reforma fiscal del G7 para que las multinacionales de Internet paguen los impuestos correspondientes al beneficio que generan en cada país, a la hora de la verdad continúa con sus triquiñuelas para pagar impuestos allá donde el impuesto de sociedades es menor. En el caso europeo, en Irlanda.

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Así, según las cuentas de 2020 depositadas en el Registro Mercantil y recogidas por Cinco Días, la filial española que dirige Fuencisla Clemares facturó un 12% más, hasta 148,1 millones y ganó 24,8 millones de euros, un 4% menos que en 2019, principalmente por un aumento significativo del gasto de personal (+38%), de los gastos en investigación y desarrollo que realiza para Google LLC (6,7 millones frente a 3,7 millones de 2019), y por el pago del alquiler de las oficinas, que se duplicaron hasta 4,5 millones de euros. Muy curiosos esto último, ya que en 2020 se impuso el teletrabajo forzoso debido a la pandemia.