No hubo sorpresa y Antonio Garamendi salió reelegido este miércoles como presidente de la CEOE, por 534 votos frente a los 87 de Virginia Guinda. 14 votos fueron en blanco y 8, nulos. No hubo sorpresa pero a Garamendi se le vio visiblemente molesto durante su primera intervención tras el recuento de votos.

Efectivamente, el presidente de la patronal utilizó su primera comparecencia para reivindicar lo logrado durante su primer mandato. “En este tiempo hemos sacado adelante los ERTE, a tres millones de trabajadores y miles de empresas que hubieran cerrado”, afirmó. “Recordad cuando dimos el visto bueno al cuarto ERTE, cuando el Consejo de Ministros ya había arrancado, o en el quinto, cuando dijimos que no y y el Consejo tuvo que convocarse dos días después. Los ICO, el teletrabajo…”, señaló. “Si no llegáramos a acuerdos, la pregunta sería: ¿Para qué estamos?, aunque es verdad que tenemos que decir también que no cuando no toque”, sentenció, en tono molesto, como hemos señalado antes.

El caso es que, como adelantamos en Hispanidad, Garamendi ha contado desde el principio con el apoyo de las grandes empresas, especialmente de Iberdrola y el Santander. Es más, su relación con La Moncloa ha ido en paralelo a la de Ignacio Galán y Ana Botín con el Gobierno de Pedro Sánchez. Primero fue una etapa de apoyo, que se fue enfriando con el paso de los meses y acabó en el distanciamiento que hay actualmente.

Ahora Garamendi intenta ganarse a las pymes, con un discurso que en algunos momentos recordó al del casi candidato Gerardo Pérez cuando habló de la necesidad de recuperar la figura del empresario. Sí, Garamendi tiene mucho trabajo por delante porque la CEOE, a pesar de la diferencia de votos, está fracturada y no es por la distancia entre Madrid y Barcelona -Guinda es vicepresidenta de Foment del Treball-, sino por el cisma entre las grandes y las pequeñas empresas.

¿Qué fue lo que marcó el primer mandato de Garamendi? Su apoyo a la reforma laboral de un Gobierno más comunista que socialista. En su segundo mandato que ahora comienza tendrá que ser más duro con Sánchez. Muchas son las cuestiones que tiene encima de la mesa: una nueva subida del SMI, pensiones, pacto de rentas… y todo en año electoral.