En estos siete años de Sánchez en Moncloa, el fracaso en materia de vivienda es más que evidente. Lo único que han 'conseguido' es disparar los precios, que no haya stock de vivienda suficiente, disparar el alquiler y sus precios y prometer... sin cumplir. La última gran idea de la titular Isabel Rodríguez fue que la SAREB done a SEPES 40.000 viviendas, la mitad propiedad de la banca... sin el permiso de la misma. 

Ante la inacción del Gobierno decíamos en Hispanidad que todo aquel que ande buscando vivienda podría revolverse contra el Gobierno de la nación o contra el Gobierno de Madrid… o contra ambos. 

Hoy miércoles conocemos que, según los datos difundidos este martes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), las hipotecas, al igual que los precios, también crecen sin control. 

Con una subida del 31,7% en junio, acumulando 41.834 préstamos, con un tipo de interés medio similar al del mes anterior. Así, la firma de hipotecas suma doce meses consecutivos de alzas.

En concreto, el tipo de interés medio para las hipotecas constituidas sobre viviendas alcanzó en junio de este año el 2,99%, lo que supone que, por quinto mes consecutivo en casi dos años, el interés medio baje del 3%. El 28% de las hipotecas sobre viviendas se constituyó a tipo variable, con un interés medio del 3%, mientras que el 72% lo hicieron a tipo fijo, con un 2,98% de tipo de interés medio. 

Según Estadística, el importe medio de las hipotecas subió un 15,5% hasta los 168.363 euros, mientras que el capital prestado aumentó un 52,1%, hasta los 7.043,3 millones de euros, asimismo, el plazo medio de los préstamos sobre vivienda se situó en 25 años.

En los seis primeros meses del año, el número de hipotecas para la compra de una vivienda se ha incrementado un 24,9%, con avances del 42,5% en el capital prestado y del 14,1% en el importe medio de los créditos concedidos.

El mercado inmobiliario vive un momento dorado, sube la firma de hipotecas y las compraventas, pero la falta de stock hace que se acompañe de una escalada de precios. ¿Lo peor? El Gobierno no ve el problema y su política sigue basándose en fomentar el alquiler, cada día más caro, incrementar impuestos y no construir.