No está siendo un buen año para los bancos españoles en general, y para los que cotizan en el Ibex en particular. Y no solo porque ganaron, en su conjunto, un 11,2% menos hasta junio, sino porque en los últimos seis meses -desde febrero- se han dejado 20.708 millones de euros de capitalización bursátil. Casi nada.

El que peor lo está pasando es Caixabank, que ha reducido su valor en bolsa un 32,4%, esto es, 6.409 millones de euros. La entidad que preside Jordi Gual ha comenzado agosto con una capitalización de 13.321 millones frente a los 19.727 millones con la que cerró enero.

Atentos a Bankia, el segundo banco que más está sufriendo en bolsa con una caída del 31,8% en los últimos seis meses. La entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri ha pasado de valer 7.836 millones de euros a finales de enero, a capitalizar 5.338 millones en estos primeros compases de agosto. No nos extrañaría nada que el Gobierno de Pedro Sánchez (lo más probable es que, si no es investido en septiembre, lo sea tras la repetición electoral), volviera a retrasar -sería la tercera vez- el plazo para la privatización de la entidad más allá de diciembre de 2021.

Tras Caixabank y Bankia está el Sabadell, que ha perdido 1.280 millones en bolsa, un 22,7% de su capitalización a pesar de ser, junto a Bankinter, el único que aumentó el beneficio durante el primer semestre del ejercicio. La entidad que preside Josep Oliu valía 5.624 millones al cierre de enero y ha comenzado agosto con un valor en bolsa de 4.344 millones. Y sí, aumentó el beneficio porque el de 2018 se vio afectado por el problema informático en el TSB.

Primera idea fuerza: el problema de la banca española no está fuera, sino dentro del país. Incluso Bankinter ha visto cómo su valor en bolsa ha caído un 13,5% en los últimos seis meses. La entidad de Jaime Botín cerró enero con una capitalización de 6.119 millones de euros y ha comenzado agosto con un valor que no supera los 5.291 millones. Vale 829 millones menos.

BBVA y Santander también pierden, pero menos, gracias a su presencia intrnacional. El banco que preside Carlos Torres ha pasado de valer 34.473 millones en febrero a no superar los 30.362 en este comienzo de agosto. Es una caída del 11,9% o, si lo prefieren, de 4.111 millones de euros. Al parecer, a los inversores les importa un bledo el escándalo Villarejo… al menos, de momento.

Y así llegamos al Santander, que ‘solo’ se ha dejado 5.585 millones de euros por el camino. Eso sí, proporcionalmente, la entidad que lidera Ana Botín es la que menos ha sufrido el batacazo bursátil: valía 67.090 millones al cierre de enero y ha comenzado agosto capitalizando 61.504 millones. Es un 8,3% menos.

En resumen, un desastre que nada ni nadie parece poder, o querer, detener.