Hace nueve años, el entonces CEO de la entidad y actualmente presidente, Carlos Torres, aseguró que el banco podría funcionar con sólo 1.000 sucursales, gracias a la digitalización. Aquello fue una metedura de pata considerable, aunque sólo era una previsión, ya que afectaba a gran parte de la plantilla, unos empleados ya de por sí muy tensionados.

Su afirmación -año 2016- suponía cerrar más de dos tercios de las sucursales que tenía el banco en España. Naturalmente, Torres no estaba pensando en un proceso rápido, sino en el largo plazo, por ejemplo, a nueve años vista. Pues bien, al cierre del primer semestre de este año, el BBVA mantiene 1.879 oficinas en nuestro país, prácticamente las mismas que tiene abiertas desde 2021, el último ejercicio en el que hubo un ajuste serio, que coincidió con el ERE y que supuso el cierre de 480 sucursales.

Resulta curioso que sea precisamente el BBVA el banco que menos oficinas ha cerrado desde 2021

Lo que muestra la errónea previsión de Torres -cualquiera se puede equivocar- es la sobrevaloración que muchos han hecho de la cosa digital. Efectivamente, los usuarios cada vez pueden hacer más operaciones bancarias desde el móvil, y a una mayor velocidad, pero la necesidad del trato humano, del cara a cara, sigue existiendo.

Y resulta curioso que sea precisamente el BBVA el banco que menos oficinas ha cerrado desde 2021, siendo, además, el que más presume de digitalización.

Y esto no tiene nada que ver con la OPA sobre el Sabadell. ¿O sí?