El desastre Calviño y la caradura de Nadia. La vicepresidenta primera del Gobierno aludió hace apenas una semana al “fuerte crecimiento” de la economía española a pesar de la incertidumbre internacional. “Todos los organismos prevén que España siga manteniendo un crecimiento fuerte por encima de la media europea”, afirmó.

La ministra volvió a omitir el dato clave: España fue el país que más cayó en 2020, por lo que crecer más que la media no es ningún logro. Es más, nuestro país será, según todos los organismos, nacionales e internacionales, el que más tarde en recuperar el nivel prepandemia. ¿Crecimiento fuerte?

En esta línea, la OCDE disparó el primer dardo esta misma semana, al advertir de la ralentización del crecimiento tras el verano, según el índice compuesto de indicadores líderes (CLI), el termómetro para detectar cambios de tendencia y que en julio se situó por debajo de los 100 puntos.

El pesimismo no conduce a ninguna parte, pero mientras la política económica del Gobierno continúe basándose en subvenciones y ayudas públicas, no solo no remontaremos, sino que estaremos ahondando en una crisis de la que saldremos, claro que sí, pero después de muchísimo esfuerzo y sacrificio

“Lastrados por una inflación históricamente alta, la baja confianza del consumidor y la caída de los precios de las acciones, los CLI se mantienen por debajo de la tendencia y continúan anticipando una pérdida de impulso de crecimiento en la mayoría de las grandes economías de la OCDE”, señaló.

El Banco de España, en su reciente informe ‘El impacto de la inflación y la guerra sobre las perspectivas económicas de los hogares españoles’, también advirtió sobre lo que se nos viene encima y que resume en menos gasto de las familias tras el verano.

Más allá de las previsiones, los datos que vamos conociendo de otras economías desarrolladas evidencian el desastre Calviño y la caradura de Nadia. Por ejemplo, la inflación en Alemania, que en julio se situó en el 7,5%, frente al 7,6% del mes anterior, y que contrasta con el repunte del 10,8% en nuestro país. Lo mismo sucede en EEUU, donde el IPC bajó hasta el 8,5% frente al 9,1% de junio.

A todo esto, seguimos liderando el paro en Europa y el futuro no pinta bien, tras los malos datos de julio.

El pesimismo no conduce a ninguna parte, pero mientras la política económica del Gobierno continúe basándose en subvenciones y ayudas públicas, no solo no remontaremos, sino que estaremos ahondando en una crisis de la que saldremos, claro que sí, pero después de muchísimo esfuerzo y sacrificio. Hablamos de los contribuyentes, claro, no del Gobierno.