
A Ángel Escribano, presidente ejecutivo de Indra, sólo le preocupa -y le ocupa- una cosa en estos momentos: que Indra compre Advanced Engineering and Manufacturing S.L. (EME), empresa de la que son propietarios él y su hermano Javier, presidente de EME y consejero dominical de Indra, de la que poseen sólo un 14,3%. Curiosa operación donde el que preside compra lo que posee.
El objetivo de los hermanos Escribano consiste en dar el pelotazo con la venta de EME y al mismo tiempo, quedarse mandando en Indra, de la que tendrían una mayor participación tras la venta de EME. ¿No es genial? Claro que sí, y tan genial que hay consejeros independientes de Indra, liderados por Belén Amatriain y Coloma Armero, que se oponen rotundamente a esta cacicada.
La operación, insistimos, que ocupa ahora mismo a Ángel y Javier Escribano, ni se mencionó durante la Junta de Accionistas de Indra, celebrada el pasado 26 de junio, pero, sin embargo, es tan prioritaria que el presidente ha convocado un Consejo extraordinario para finales de esta semana con el objetivo de aprobarla. La compra de EME corre prisa, como adelantamos en Hispanidad la pasada semana, porque Pedro Sánchez podría caer en cualquier momento.
Entonces, ¿la SEPI, máximo accionista de Indra con el 25%, no se opone? Dentro de la SEPI sí hay quienes se oponen a la operación, pero lo cierto es que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, dependiente del Ministerio de Hacienda, o sea de Marisu Montero, no manda nada. Quien manda es Moncloa, concretado en la figura de Manuel de la Rocha, hombre de Presidencia del Gobierno y, miren por dónde, mentor de los Escribano.
Ejemplo de las tragaderas de la SEPI es Miguel Sebastián, ex ministro de Zapatero y consejero de Indra, quien, hasta la fecha, no se ha opuesto a la operación.
La valoración de EME, como se pueden imaginar, resulta clave y, sin embargo, en lugar de contar con varias opiniones, Indra contará con una única valoración, la que le ha encargado hacer a AZ Capital, según El Confidencial. En otras palabras, Ángel Escribano le encarga a esta firma que valore la empresa que preside su hermano Javier y con cuya compra-venta van a dar el pelotazo de su vida.
¿No sería conveniente que los minoritarios de Indra pidieran también valoración a otro despacho? A fin de cuentas, ellos también son dueños de la compañía y la valoración que ha trascendido hasta el momento, de entre 1.000 y 1.500 millones de euros, suena excesivamente elevada para una empresa -EME- que en los últimos años ha facturado entre 50 y 115 millones de euros. Sí, en 2024 los ingresos repuntaron hasta superar los 300 millones, pero aun así estamos hablando de facturación, no de beneficio.
Me dirán que la valoración incluye las expectativas que genera el mayor gasto en Defensa, 10.471 millones de euros sólo este año, más los que tendrá que aumentar hasta llegar al 5% del PIB en 2035. Es cierto, pero, ¿qué capacidad real tiene EME de absorber ese aumento del presupuesto? Porque el peligro, cuando las expectativas son muy altas, es que no se cumplan. Entonces la caída también es mayor de lo esperado, claro que, para entonces, los Escribano ya se habrán embolsado los 1.500 millones.
Con razón las consejeras Amatriain y Armero se oponen a esta cacicada, como también se opuso el exconsejero delegado de Minsait, Luis Abril, a quien le costó el puesto. Efectivamente, como adelantó Hispanidad, él fue el primero y hasta ahora el único consejero que se ha opuesto, de tal manera que Ángel Escribano le instó a que abandonara el Consejo de Indra -Abril le comunicó que votaría en contra- pero se mantuviera al frente de Minsait. Abril no aceptó y abandonó la compañía. Y es que, el deber de un consejero es velar por los intereses del 100 por 100 de los accionistas, no por los intereses de sólo el 15%. Amatriain y Armero lo saben. Por cierto, ya hay accionistas minoritarios preparados para llevar la operación a los tribunales.
Una operación que no verán en la mayoría de medios de comunicación. Y es que la nueva dirección de Comunicación de INDRA está dispuesta a todo con tal de que no se hable de ella. En Hispanidad fuimos los primeros y luego nos siguieron otros como María Jesús Pérez, en ABC o Jesús Cacho, en Vozpopuli.












