UniCredit, el mayor banco italiano, ha renunciado a hacerse con su competidor BPM y ha retirado su oferta, su OPA. La entidad considera que el regulador italiano ha interpuesto tantas pegas que la fusión resulta imposible y ha decidido dar marcha atrás. Hablamos de una operación de 14.600 millones de euros.
La decisión de Andrea Orcel obliga a replantear el papel de los reguladores en toda Europa: qué es lo que pueden y qué es lo que no pueden hacer
Andrea Orcel, el banquero europeo de moda en todo el mundo, que casi llega a ser CEO de Santander y acabó en los tribunales contra Ana Botín, no admite las pegas que a la operación ha interpuesto el Gobierno italiano.
Es decir, por un retraso de un mes, Orcel se retira. Por contra, en España, BBVA no retira su oferta por el Sabadell, a pesar del retraso de más un año y de que el Gobierno español sitúa la fusión para dentro de un lustro, perdón para un trienio, ampliable a cinco años.
Pero el asunto llega más lejos. La decisión de Andrea Orcel obliga a replantear todo el papel de los reguladores en toda Europa: ¿Qué es lo que pueden y qué es lo que no pueden hacer? Son muchos los que piensan que el regulador no puede emplear tácticas dilatorias y que Orcel ha hecho muy bien en dar marcha atrás. Ahora bien, estamos hablando de una oferta lanzadA en abril de 2025, cuando la OPA del BBVA sobre el Sabadell se inició en abril de 2024 y el BBVA no se baja de la burra, a pesar de las bofetadas de don Carlos Cuerpo. Sin comentarios.
La retirada de Unicredit es buena y es mala. Buena, porque todas las fusiones bancarias siguen resultando indeseables: lo pequeño es hermoso, lo grande es ingobernable. Ahora bien, no puedes llenar de trampas cada operación
Pero dejemos el fuero y vayamos al huevo. Deberíamos concluir que la retirada de UniCredit es buena y es mala. Buena, porque todas las fusiones bancarias siguen siendo pésimas e indeseables, en cuanto estás creando bancos grandes. Demasiado grandes para caer, no porque sean mejores, sino porque, como son tan grandes, el Estado con dinero de todos, acudirá a salvarles.
Pues no: lo pequeño es hermoso, lo grande es ingobernable.
Ahora bien, no puedes llenar de trampas cada operación. O crees en el libre mercado o no crees, pero las normas deben estar claras y deben ser pocas normas. Así que si crees que las fusiones son malas -yo lo creo-, prohíbelas y punto, pero que cada cual sepa a qué atenerse.










