La forma tradicional en que las negociaciones de la ONU llegan a un acuerdo es por consenso en lugar de votación. Aunque el consenso ha cambiado a lo largo de los años, todavía permite que un grupo relativamente pequeño de países bloquee los deseos políticos de grupos más grandes. Esto podría cambiar, informa C-Fam.

Y es que los países progresistas están cada vez más frustrados porque la falta de acuerdo -o consenso- ha bloqueado tanto el aborto como la agenda LGTB en algunos lugares. Esto acaba de ocurrir en la Comisión de Desarrollo Social. Por ello, los países progresistas expresaron su voluntad de cambiar las reglas para poder sacar adelante los temas más controvertidos.

Los cambios se discutirán en abril durante la próxima sesión de la Comisión de Población y Desarrollo (CPD). La comisión anual ha sido escenario de controvertidas negociaciones sobre temas como el aborto y la orientación sexual y la identidad de género durante décadas. En tres de los últimos cuatro años, no ha logrado llegar a un acuerdo. Esta es una fuente de frustración para los países progres.

Las reglas escritas y no escritas de la diplomacia requieren la adopción de acuerdos diplomáticos sobre la base de un consenso unánime. Este se considera el estándar de oro en todos los procedimientos internacionales. Los acuerdos deben adoptarse sin votación y sin objeciones. La simple amenaza de llamar a votación y frustrar el consenso es suficiente para evitar que se adopte un texto.

La abortista Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF) también pidió a la comisión que abandone el consenso

Ejemplos de países progres: Holanda, una nación progresista líder, sugirió que "la Comisión debería considerar la votación como una forma de no bloquear las discusiones y el progreso".

Asimismo, otro país progre, Dinamarca, pidió de manera similar a los diplomáticos que "estén abiertos a considerar métodos alternativos de adopción al tomar medidas, incluso mediante la votación".

Por supuesto, la progre Canadá sugirió que “la Comisión vote sobre párrafos seleccionados sin solicitar una votación sobre la resolución en su conjunto”. Esto podría garantizar que el lenguaje controvertido se incorpore a los acuerdos de la comisión mientras se intenta mantener una apariencia de consenso.

Igualmente, la abortista Federación Internacional de Planificación Familiar (IPPF) también pidió a la comisión que abandone el consenso. Y rechazaron las sugerencias de que los temas controvertidos podrían abandonarse. “El argumento de que cuestiones polémicas como la SDSR (salud y derechos sexuales y reproductivos) no deben incluirse en las negociaciones es inherentemente defectuoso”, argumentó el gigante de la industria del aborto.